Cómo elegir una máquina de coser

Funciones de la máquina de coser

Lo primero es considerar cuál es el uso que le daremos a este artefacto. No es lo mismo quien adquiere una máquina para un uso cotidiano y doméstico, que quien se quiere dedicar a crear prendas como emprendimiento comercial.

En la actualidad, las máquinas han dejado atrás la simple puntada recta para sumar más y más funciones que encarecen el precio final de compra. Pero quizás no necesitas hacer ribetes ni puntadas decorativas, sino que te basta con una máquina de funciones más bien básicas, como puntada recta y zigzag, en diferentes anchos y velocidades de la pedalera. Elige la máquina que te de las funciones necesarias o más, de acuerdo a tus necesidades y preferencias, y en consideración al precio que estés dispuesto a pagar por este artefacto.

"Aunque su costo es elevado, la máquina de coser te permitirá ahorrar mucho dinero, además de darte la posibilidad de alterar y mejorar tus prendas."

Las más modernas máquinas de coser tienen funciones de bordado decorativo que son ideales para quienes las utilizan, y que suelen quedar sin uso por quienes sólo la necesitan para hacer pequeños arreglos. Elige la que te ofrezca las funciones indispensables: Costura recta y en zigzag, con anchos regulables, y pedalera de funcionamiento automático, que puede tener velocidad regulable (lo que es ideal para la costura de prendas más delicadas).

Hay funciones sumamente útiles que querrás tener, como la iluminación de la zona de costura. Los sistemas de enhebrado automático y corte de hilo, al igual que el montado automático de la bobina (carretel inferior) son adecuados por usuarios que no gozan de una vista perfecta, ahorrando tiempo y sufrimiento. Si sueles arreglar mangas y botamangas, elige una máquina de coser que cuente con una bandeja de apoyo desmontable, la cual se retira del sector dejando una superficie de costura más delgado para insertar la tela tubular, permitiendo una mejor y más fácil costura.

El sistema de costura en dirección invertida es genial para telas delgadas y livianas, y además, permite una mejor fijación del hilo, pues se comienza con una puntada convencional, luego dos o tres en dirección opuesta, y esto traba el hilo, siendo así innecesario anudarlo al finalizar la costura.