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Tres formas de autoboicot difíciles de reconocer

Tres formas de autoboicot difíciles de reconocer

Es increíble como algunas ideas preconcebidas pueden autoboicotear nuestro camino al éxito, desde lo laboral hasta lo social. Veamos tres ejemplos para concientizarlos y poder avanzar.

19/06/13 por Aida Baida Gil

3 formas de autosabotaje

¿Eres consciente de la importancia y el efecto que tienen lo que piensas y las normas mentales que te impones en tus resultados?. En nuestro artículo "cómo enfrentar el autosabotaje" vimos los cuatro tipos de autoboicot más frecuentes, y en esta nota añadiremos tres tipos más que no se mencionan mucho, pero también tienen mucha importancia. Ya sabes que para cambiar y mejorar lo primero es ser consciente de lo que pasa, así que sigue leyendo a ver si te identificas con alguno.

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1. Creer que dejar las cosas a medias es fracasar

Esto es algo muy frecuente, especialmente si eres perfeccionista. Dejar las cosas a medias te hace sentir fatal, culpable, desorganizado, inmaduro... aunque estemos hablando de simplemente dejar un libro a medias. Por desgracia, eso hace que inviertas tiempo y dinero en cosas que, en realidad, no quieres hacer, y en el fondo te perjudica.
Si hablamos de un libro o una película la cosa no tiene tanta repercusión, pero si hablamos de tus estudios, tu negocio o de algún proyecto importante, sí.

Es importante que valores tu tiempo y tus gustos, no tienes por qué obligarte a acabar algo que sabes que no te gusta nada. Eso sí, no hay que confundir esto con la falta de persistencia, claro. Una cosa es dejar algo a medias porque requiere un esfuerzo, y otra muy diferente saber que no es lo quieres, que no vas a cambiar de opinión y seguir ciegamente malgastando tiempo, energía y dinero cuando podrías estar haciendo algo que sí quieres hacer.

"No tienes por qué obligarte a acabar algo que sabes que no te gusta nada. Eso sí, no hay que confundir esto con la falta de persistencia."

¿Qué puedes hacer entonces si te identificas con esto?
Para evitar la sensación de haber fracasado y el sentimiento de culpa puedes hacer dos cosas:

  • Crearte normas para decidir hasta donde aguantas: Por ejemplo, si eres de los que sufre al dejar un libro a medias aunque no te esté gustando nada, puedes proponerte como límite un número de hojas o de capítulos, "le doy cien hojas y si veo que no, a otra cosa, que hay muchos libros y poco tiempo". Lo mismo con alguna película, aunque aquí la trampa es el dinero: "es que como he pagado la entrada pues ya me quedo". O sea que no solo has pagado, sino que además estás perdiendo el tiempo, ¡aprovéchalo para hacer otra cosa!.
  • Deshacerte de lo que te hace sentir culpable: Veamos un ejemplo: Resulta que empiezas a estudiar derecho porque creiste que siempre te gustó, pero te das cuenta que en el fondo no es lo que quieres y lo dejas.
    De repente, cada vez que ves los libros te sientes fatal, aunque nunca te hayas arrepentido y seas consciente de que si hubieras seguido ese tiempo no lo tendrías ahora libre.

La solución puede ser evitar pasar esa situación y deshacerte de lo que te haga recordar lo que te hace mal. Puedes regalar los libros y no tenerlos a la vista. Ojos que no ven, corazón que no siente.

Opción alternativa: si ves que estos métodos no te ayudan decide acabar lo que empezaste, pero sin quejarte y como una decisión consciente; quítatelo ya de la cabeza.

2. Negar algo que es importante para ti porque te da vergüenza

Es fundamental que te seas fiel a ti mismo y te aceptes como eres, incluyendo esas pequeñas cosas que te dan algo de vergüenza. Esto es especialmente importante cuando hablamos de lo que te motiva a hacer algo o de tus principales valores.

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Muchas veces tenemos la creencia de que tus valores o motivos para hacer algo tienen que ser completamente altruistas y si no es así, es que eres un egoísta o una mala persona, y acabas haciendo elecciones que no te hacen sentir realizado porque en el fondo no es lo quieres. Un ejemplo puede ser el no reconocer que uno de tus motivadores o valores es el dinero, porque temes quedar mal y preferirías que fuera el servicio a los demás, por ejemplo. O bien, negar la importancia que tiene para ti el estatus, el ser reconocido profesionalmente.
Negar algo que para ti es importante solo te perjudica, es importante aceptar las cosas y darles el valor y la importancia que se merecen solo porque para ti son importantes.

No hay nada malo en querer ganar un buen sueldo, en querer tener una vida con lujos, en querer que tu profesión sea reconocida socialmente. Acepta lo que quieres, lo que te motiva y tomarás decisiones más acertadas, sintiéndote mucho más satisfecho con tus logros.

3. Asociar el dinero con maldad

Sobre este tema se puede escribir hasta la saciedad y no acabar nunca. El dinero es un tema espinoso para muchas personas porque desde pequeño puede que lo asocies con cosas negativas o con escasez. "El dinero no crece en los árboles", "Nadie se hace rico trabajando honradamente", "El dinero se te sube a la cabeza", "La gente con dinero no tiene principios" y un largo etcétera.

El problema de este tipo de creencias, como pasa siempre, es que te mantienen estancado en actitudes que sabotean tu éxito de forma inconsciente. Tú puede que te digas que quieres ganar dinero, pero si en el fondo piensas que el dinero te hace mala persona, seguro que te quedarás como estás.

"Es fundamental que te seas fiel a ti mismo y te aceptes como eres, incluyendo esas pequeñas cosas que te dan algo de vergüenza."

Es un tema en el que merece mucho la pena trabajar para cambiar creencias y liberarte de envidias, sentimientos de culpa o gastos compulsivos. Hay que tener una cosa clara; el dinero es un número, es un papel, es neutro. El dinero no es bueno ni malo, las personas sí lo somos. Hay una frase muy cierta: "El dinero amplifica lo que eres". Si ya eres una mala persona (y seguro que hay muchas malas personas con poco dinero... ya tienes una creencia desmitificada) con más dinero serás peor. Pero, si eres una buena persona, honesta, generosa, imagínate lo que podrías hacer con más dinero, a toda la gente que podrías ayudar.

No te dejes vencer por ese tipo de creencias y cámbialas por otras que te beneficien más. El dinero te permite ayudar a más gente, eso es un hecho. Y sí, hay personas con mucho dinero generosas, honradas y trabajadoras.

La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera. Si buscas claridad, motivación, acción y resultados, recibe su boletín gratis en www.aidabaida.com.

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