Cómo sustituir la sal
Si llegaste al límite en que tu médico te prohibió el uso de sal en las comidas, no tienes por qué saborear tus platos haciendo cara de asco. Veamos cómo podemos sustituir la sal y reducir su uso.
Cómo reemplazar la sal en las comidas
Cuando pensamos en las alegrías, en los momentos gratos y en las buenas compañías, solemos decir que ellos son "la sal de la vida". Así, se deduce que la sal es el ingrediente que todo lo mejora. Pero, por otro lado, debemos restringirla e, incluso, eliminarla en ciertos casos de salud y de cuidado corporal, pues "demasiado de algo bueno puede ser malo".
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La cuestión es que la comida desabrida no es nada agradable. Entonces, ¿cómo podemos sustituir la sal?
Uso de la sal y la salud
La sal, de por sí, no es nociva con el organismo. Usar sal en pequeñísimas cantidades no sólo es beneficial, sino que en algunos casos y poblaciones es incluso necesario. Por ejemplo, la sal yodada (es decir: sal natural con agregado de yodo) fue una cura en muchas poblaciones contra el bocio exoftálmico.
Pero, como vimos: se trata de pequeñas cantidades, pues la sal en exceso aumenta el ritmo cardíaco, impide una correcta irrigación sanguínea al cuerpo, y propicia la retención de líquidos. Es que la sal posee sodio como agregado, que es el gran enemigo a vencer.
"Siempre utiliza poca sal, del tipo que sea, pues es el exceso lo que altera tu bienestar físico."
Sustitutos de la sal
Como primer sustituto de la sal se recomienda, de hecho, una variante de ésta: la sal hiposódica. Esta sal (también llamada "sal light") es sal sin agregado de sodio. Hay quienes dicen que no sala de igual manera, pero es ciertamente una solución efectiva para minimizar los efectos adversos del consumo de sal, sin erradicarla de nuestra cocina por completo.
Hay sales más beneficiales para el organismo, como la sal de roca y la sal marina. Estos tipos de sal carecen del aporte de sodio, son más "livianas" y no influyen tanto en la retención de líquidos. Pero recuerda: siempre utiliza poca sal, del tipo que sea, pues es el exceso lo que altera tu bienestar físico.
También podemos usar hierbas y especias, frescas y secas, para saborizar nuestras comidas sin agregarles sal. Entre las más elegidas están el azafrán, clavo de olor, curry, pimienta, paprika, nuez moscada, jengibre y canela como buenos sustitutos de la sal, que aportan todo el sabor a tus platillos.
Recuerda que muchos ingredientes poseen un agregado de sal que puedes aprovechar en tus recetas para evitar añadirle a las comidas, como los quesos, fiambres y embutidos. Si los utilizas como ingredientes, no hay necesidad de agregar más sal.
Cómo evitar la sal en las comidas
Si buscas minimizar el consumo de sal puedes sustituirla con otros elementos, como vimos, o aprender a evitarla de un modo saludable. Por ejemplo: cocina sin sal tus alimentos, incluyendo las pastas, y haz cocciones en vapor si puedes, para conservar el sabor de los ingredientes sin necesidad de agregar nada.
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"Podemos usar hierbas y especias, frescas y secas, para saborizar nuestras comidas sin agregarles sal."
Asimismo, evita cocinar con caldos, saborizantes u otros afines, o elige los que no poseen sal agregada.
Una manera efectiva de evitar el consumo extra de sal es no llevar el salero a la mesa. Se ha demostrado que la presencia del salero favorece la percepción de "necesidad" de sal. Cuando te acostumbres a no tenerlo a la vista, verás que dejarás esa necesidad de salar tus platillos.