Cómo Saber si Tienes Estrés

¿Qué es el estrés?

De acuerdo con la enciclopedia digital Medline Plus, el estrés (“stress”) se define como un sentimiento de tensión física o emocional, que puede provenir de cualquier situación o pensamiento que haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso. También, en su definición se explica que es una reacción natural de nuestro cuerpo ante una demanda para evitar el peligro o para cumplir objetivos. Así es que podríamos encontrar un tipo de estrés “bueno” (como el estado de motivación y concentración que te permite cumplir con una fecha límite, o huir de una situación de peligro) y un estrés “malo”, normalmente asociado con el tiempo en el cual estás expuesto.

"Si notas que estos síntomas se repiten día tras día y sin causas aparentes que los justifiquen, te recomendamos consultar con tu médico de cabecera."

Es decir: cuando vives en un estado constante de estrés, y no necesariamente por situaciones que amenazan tu vida, pasaría de un cuadro de estrés agudo a un tipo de estrés crónico. Lo peor es que el crónico desgasta la salud, debilita el sistema inmune, reduce nuestra función y, para colmo de males, a veces convivimos tanto tiempo con este mal que ya ni siquiera notamos que lo experimentamos.

Sea agudo o crónico, funciona liberando ciertas hormonas como parte de nuestra respuesta de “luchar o huir” (es decir: hacer frente a la amenaza, o escapar para salvar la vida). Así, si estuvieras frente a un animal salvaje, puede que tu cuerpo libere hormonas como la adrenalina para que puedas escapar a gran velocidad, pero te imaginarás que esa misma respuesta no hará nada bueno en ti si el estrés es provocado por tu preocupación por el dinero, por un matrimonio poco feliz, por las presiones sociales o muchos otros.

Síntomas de estrés

Hay síntomas bastante habituales que te permitirán saber si tienes estrés. Por un lado, el análisis de tu vida, pero también tu cuerpo te dará señales claras de su presencia que incluyen (aunque no se limitan a):

• Desequilibrios menstruales
• Diarrea y constipación (normalmente la segunda luego de la primera)
• Falta de energías
• Falta de enfoque y concentración
• Hipertensión (presión sanguínea alta)
• Humor deteriorado (normalmente asociado a la depresión y la angustia)
• Insomnio y sueño poco reparador
• Jaquecas
• Letargo
• Migrañas frecuentes
• Palpitaciones
• Pérdida o aumento de peso repentinos
• Problemas de memoria
• Problemas en el desempeño o en el deseo sexual
• Problemas en la piel (imperfecciones, irritación, acné, eccema y otras)
• Problemas estomacales
• Rigidez en el cuello, la nuca, la mandíbula y la espalda alta
• Sensación general de cansancio
• Temblores en las manos u otras extremidades