Cómo Combatir la Nomofobia
La nomofobia es un síndrome nuevo que se ha generado en esta sociedad compulsiva y tecnológica. Veamos cómo enfrentar esta fobia social tan particular.
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La nomofobia es una nueva variante de fobia social, descripta como "el pavor de salir de casa sin el teléfono móvil o celular"
¿Qué es la Nomofobia?
La nomofobia es el nombre que recibe una nueva variante de fobia social, descripta como "el pavor de salir de casa sin el teléfono móvil o celular", incluyendo también la angustia y ansiedad propias del mal funcionamiento, o ante desperfectos que impidan el uso del móvil.
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El nombre 'nomofobia' deriva de una conjunción de las palabras inglesas "no mobile", es decir: "sin móvil". Hoy, esta fobia social es un término ampliamente utilizado para describir ansiedades que se desprenden cuando la tecnología y los olvidos en casa interrumpen una comunicación digital, que cada vez encuentra más variantes en los medios electrónicos de nuestra realidad.
El por qué de la nomofobia
Estudios psicológicos y sociales aparte, quizás llame tu atención el por qué de una fobia ligada al móvil. Pues el teléfono celular ha dejado de ser un simple teléfono. Es decir: es un aparato que permite una comunicación instantánea en todo momento, y también en todo lugar. Pero también permite mensajería instantánea, intercambio de datos (incluyendo audio, video, imágenes y otros) mediante diversos canales. Con todos los servicios que brinda, nos hemos vuelto dependientes a ellos en todas nuestras actividades diarias, sintiendo realmente que nos falta algo cuando no podemos utilizarlos por cualquier motivo.
"El nomofóbico está siempre al tanto del teléfono. Lo mira, analiza nuevos correos, llamadas o mensajes varias veces por hora."
Síntomas de un nomofóbico
Cargar con el móvil puede ser una necesidad para muchos. Si lo usas en tu trabajo, si tienes un familiar en estado delicado de salud, si estás esperando una noticia o en situaciones semejantes, es natural estar con el móvil al alcance de la mano en todo momento. Entonces, ¿cómo detectamos a un nomofóbico?
Hay características comunes que demarcan la suerte de sintomatología clásica de esta fobia social. Por ejemplo, ante el olvido del celular, el nomofóbico regresa a su búsqueda, lo que sería natural en cualquier persona, salvo que el fóbico es capaz de desviarse de su rutina diaria y hasta faltar a compromisos importantes, infringir leyes y tener problemas con otras personas por hacerlo: es más importante tener el móvil consigo que ser un ciudadano responsable.
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El nomofóbico está siempre al tanto del teléfono. Lo mira, analiza nuevos correos, llamadas o mensajes varias veces por hora, y los estudios demuestran que pueden hacerlo hasta una vez por minuto, en una conducta que se describe como compulsiva. Si no tienen mensajes o comunicaciones, suelen recorrer en el sistema sus archivos, dejando de lado la realidad en la que están inmersos (por ejemplo: una reunión de trabajo, una charla, un evento deportivo o cualquiera sea) en pro de sumergirse en este artefacto.
La ansiedad es un factor que funciona a nivel de señal de alarma ante el comienzo de una fobia de este estilo. Si la persona olvida su móvil y está nerviosa, ansiosa, angustiada, si repite constantemente que no tiene consigo el teléfono, si está pensando y hablando sólo de eso, esta puede ser la bandera roja que indica que el sujeto padece nomofobia.
Cómo vencer la nomofobia
Si te reconoces a ti mismo o algún conocido con esta fobia, aún hay esperanzas. Vencer la nomofobia es relativamente sencillo, aplicando las técnicas y terapias necesarias.
El primer paso es la terapia psicológica, pues esta fobia es clara señal de una carencia en la vida de la persona. Hay que averiguar por qué el individuo traslada su angustia en esta clase de fobia, determinar la raíz del problema, para comenzar a buscarle solución.
"Hay que averiguar por qué el individuo traslada su angustia a este hábito compulsivo para comenzar a buscarle solución a la nomofobia."
También hay ejercicios sencillos que puedes hacer para vencer la nomofobia. Por ejemplo, apagar el teléfono por las noches, o al menos dejarlo de lado por algunos instantes. Es cuestión de práctica y de perseverancia. Comienza con cinco minutos un día, cuando te sientas cómodo pasa a diez minutos diarios sin el móvil, luego quince, y así, hasta que estar sin el móvil (en situaciones seguras, por ejemplo, cuando estás en casa) sea tan natural como tenerlo en el bolsillo.
Acompañando estos ejercicios y siguiendo una adecuada terapia, lograrás vencer la nomofobia en menos tiempo de lo esperado.