Cómo Tener una Buena Relación Familiar

La familia y sus relaciones

La familia y el hogar son los refugios que tenemos de las “agresiones” de la vida diaria. Debe ser un lugar de amor, de comprensión y de aceptación, y no de tensiones y peleas.

Ante todo, es importante implementar la empatía. Tu hijo, uno de tus padres, tus hermanos o cualquier persona de la familia puede estar teniendo un mal día, una preocupación que no conocemos, un temor o una pena que no sabe comunicar. Por eso, procura analizar cada situación antes de reaccionar, para saber cuál es la mejor y más comprensiva manera de responder. Eso sí: siempre con respeto, para ambas partes. Esto significa que no es lo mismo comprender para actuar mejor y no empeorar la situación, que dejar que otra persona te afecte o te falte al respecto simplemente porque sí. La empatía y la compasión deben ser simultáneas desde los dos lados de este cerco.

"Las mentiras no tienen espacio en una familia feliz. Desde niños, los más pequeños deben comprender que decir la verdad no es sólo adecuado, sino mandatorio."

8 tips para tener una buena relación familiar

Piensa en las mejores estrategias (como las que verás más abajo), y organiza una reunión familiar para explicar estas nuevas “normas de conducta” que deben implementarse en casa. Es probable que al principio recibas críticas: no te preocupes, sigue demostrando con el ejemplo, y pronto la norma se convertirá en hábito.

Algunas buenas maneras de mejorar las relaciones interpersonales de la familia incluyen aplicar comportamientos, ciertas restricciones, y actividades que fortalezcan la unión familiar. Estos son sólo algunos buenos ejemplos para tener en cuenta:

1. Aceptar las diferencias. Cualquier persona, sea o no de nuestra familia, tiene el derecho a pensar distinto, a gustar de otras cosas, y siempre que no actúe de manera peligrosa o agresiva hacia sí mismo y los demás, sólo debería recibir el apoyo familiar, y no el juicio constante.

2. Castigar las mentiras. Las mentiras no tienen espacio en una familia feliz. Desde niños, los más pequeños deben comprender que decir la verdad no es sólo adecuado, sino mandatorio. Lo mismo se aplica a los padres: una verdad dicha con delicadeza, en el lenguaje apropiado, es una manera de potenciar la buena comunicación y la honestidad.

3. Dejar el pasado atrás. Lo que una persona hizo o fue no marca su futuro, ni tampoco define su presente. Es natural tener cierta precaución si hay una conducta que lo amerite, pero dale siempre “el beneficio de la duda” a cada miembro de tu familia.

4. Evitar las críticas. Señalar el error ajeno sin proponer una solución no hace nada bueno por ningún tipo de relación, y lo único que se logra es generar conflictos familiares.

5. Evitar los insultos. Sólo llevan a agravios y a peleas. En cambio, usa palabras amables, habla con claridad, y no dejes que las malas palabras sean parte de tu vocabulario.

6. Fomentar la inclusión. Si hay una decisión por tomar, pide la participación o la opinión de todos los miembros de la familia, especialmente si es numerosa. Los adultos serán, en definitiva, quienes definan el resultado, pero dar el espacio a cada quien para hacer su aporte, y tenerlo en cuenta, es una gran manera de demostrar inclusión e importancia.

7. Premiar los logros. Una buena calificación, una buena noticia en el trabajo, una cama armada a la perfección, una comida deliciosa: hay miles de cosas por las que podemos felicitar a nuestros familiares. Nada es demasiado pequeño, y todos gustamos de ser felicitados y premiados por nuestros esfuerzos.