Cómo Reconocer el Autosabotaje
Aprende a reconocer situaciones de autosabotaje, para evitarlas y poder desarrollar tu bienestar sin frenos
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¡Deja de ponerte frenos! Descubre cómo reconocer el autosabotaje para evitar las situaciones que te impiden crecer.
Claves para Reconocer el Autosabotaje
Seguro en tu día a día haces cosas sin darte cuenta que frenan tu crecimiento. Por eso, es importante aprender a reconocer el autosabotaje, una situación demasiado habitual en estos tiempos donde la imagen de perfección gana peso en nuestra mente.
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Cuando sigues mandatos ajenos o estás muy pendiente de metas impuestas por la sociedad o tu familia pierdes de vista qué es lo que a ti te hace feliz, lo que te da satisfacción y lo que haces en verdad bien. Necesitas conocerte, asumirte, mejorar lo que tú quieras mejorar, y trabajar en lo que tú quieras trabajar, sin dejar que los factores ajenos influyan en las decisiones de tu propia vida. Recuerda: la felicidad comienza desde adentro hacia afuera, y no a la inversa.
Situaciones comunes de autosabotaje
La mayoría de las situaciones que producen el autosabotaje son actos cotidianos, hábitos simples que ni siquiera notamos que estamos poniendo en acción. Pero son verdaderas trabas a nuestra productividad y felicidad. Algunos de los más habituales incluyen:
Acumulas todo. No dejas de tener en tu placar la ropa que ya no te queda. Tu oficina está repleta de papeles que ya no sirven. No botas lo que se rompe en casa (“algún día lo arreglaré”), y no dejas ir el pasado. Todo eso sólo te frena de experimentar el presente. Estás saboteándote a ti mismo al no dejar ir las cosas, los sentimientos negativos, la nostalgia del tiempo pasado o los sueños de un futuro incierto.
"La mayoría de las causas que producen el autosabotaje son actos cotidianos, hábitos simples que ni siquiera notamos que estamos poniendo en acción."
Conócete, descúbrete, acéptate y haz lo que necesites para hallar tu propia felicidad, sin sabotear tu vida.
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Haces multitasking inadecuadamente. Atiendes más cosas de las que puedes, terminas sin prestarle atención a ninguna de ellas. Para hacer multitasking debes aprovechar los “tiempos muertos” de una tarea para hacer otra, por ejemplo: luego de realizar el informe y mientras lo imprimes, avanza con la siguiente tarea: mientras esperas a que termine la colada, limpia los pisos, y así.
Tienes malas compañías. Hay ocasiones en las que no te queda más que estar en el mismo sitio con personas negativas, dañinas para tu felicidad, como con los colegas del trabajo en una reunión. Pero cuando puedas, procura rodearte de personas que te inspiren, que te beneficien y que te ayuden a sacar lo mejor de ti cada día. Así dejarás el autosabotaje y podrás crecer en un modo que nunca antes pensaste posible.
No aprovechas el “aquí y ahora”. Hay momentos en los que vivimos fuera de tiempo, como cuando planificamos un proyecto, por ejemplo, o cuando regresamos de las vacaciones y nos pasamos todo ese primer día fantaseando estar aún allí. Está bien que suceda esporádicamente y por algunos minutos, pero si te pasas el día pensando en el pasado, en el futuro o en lo que está sucediendo en otro lugar, sólo te saboteas en tu capacidad de prestar atención y de aprovechar las oportunidades que se presentan hoy.
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No asumes tus “momentos bajos”. Todos tenemos días en los que estamos de mal humor, o tristes (y las mujeres suman sus días “hormonales”), todos tenemos un organismo que puede enfermarse, limitaciones, carencias y capacidades menos desarrolladas. Si no asumes tu humanidad, y pretendes estar al máximo de tus energías y de tu ánimo constantemente, terminas por sabotearte a ti mismo.
Quieres controlarlo todo. Necesitas aprende a delegar tareas entre tus subalternos más capacitados para cada una. Cuando intentas hacerlo todo, y controlarlo todo, cometes un acto de autosabotaje. Recuerda el refrán: quien mucho abarca, poco aprieta.
Quieres ser Dios. Bueno, quizás no tanto, pero sí quieres estar al tanto de absolutamente todo lo que ocurre a tu alrededor, con tu familia, con tu pareja, en el trabajo y en todos lados. Pero sucede lo inevitable: hay cosas que están más allá de tu control, y también que necesitas mantener al margen de tu atención para tener un mejor manejo del estrés. También, en la vida familiar recuerda que debes respetar la intimidad de los demás: de tanto indagar a tu pareja puede que descubras antes de tiempo esa gran sorpresa que estaba preparándote…
Te comparas. Piensas “debo ser tan rico como Bill Gates”, “debo tener la mansión de Oprah”, “debo tener la visión de Steve Jobs”. Pronto sumas “debo lucir como mi instructora de Yoga”, “debo tener mi hogar como el de mi vecina” y “debo ganar tanto dinero como mi jefe”. ¿Y si mejor pensaras “Estoy saboteando mi vida y debo aprender a aceptarme por lo que soy hoy”, y luego te pones a trabajar para conseguir tus metas?
"Si no asumes tu humanidad, y pretendes estar al máximo de tus energías y de tu ánimo constantemente, terminas por sabotearte a ti mismo."
Vives para los demás. Te vistes como tu jefe indica, comes como tu madre te enseñó, hablas como lo hacen tus colegas, vas a los sitios que tu pareja elige. ¿Notas que hay algo no del todo bien en esto? Cuando aprendes a ser tú mismo y adaptar tus circunstancias a ti, dejas de boicotear tu felicidad.
Aplica cambios simples para transformar tu presente hacia lo que tú quieras y necesites, para encontrar tu propio camino hacia la felicidad, hacia tu éxito personal, y asume tu realidad con orgullo y con esperanzas. Aprende a reconocer el autosabotaje y deja atrás esas situaciones que te impiden progresar día a día.