Cómo plantar tomate
La planta de tomate es simple de cultivar, pero como todas, requiere de cuidados y mantenimiento. Para disfrutar de este fruto de manera natural, nada mejor que plantarlo en nuestra propia huerta.
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Consejos para cultivar tomate
Desde los anales de la sociedad, el hombre ha recogido el fruto que le ofrece la tierra para alimentarse. Con el tiempo, y a base de perfeccionar las técnicas, ha logrado cultivar sus propios productos.
En esta nota vamos a introducirnos en la siembra del tomate, ya que es una de las verduras más habituales en nuestra cocina, para que podamos conformar nuestro propio huerto y consumir productos de gran calidad.
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Cómo sembrar tomate
Podemos plantar tomates de dos modos: mediante semillas de otros tomates o a través de pequeñas plantas que podemos conseguir para trasplantarlas.
Las semillas las podemos obtener de forma sencilla de cualquier tomate que hayamos comprado, o incluso de los que salgan de nuestras plantas, para ir renovando las cosechas. Si elegimos tomar las semillas de los tomates, tendremos que hacerlo de los mejores que encontremos, ya que aumentará las posibilidades de obtener un mejor fruto.
Para saber cuándo es el momento de extraer las semillas del tomate, tendremos que esperar a que esté suficientemente blando (que se hunda con tan sólo apretarlo ligeramente)
"Si elegimos plantas pequeñas de tomate para trasplantar, procuraremos que los tallos sean lo más rectos posible."
Nunca utilizaremos semillas de tomates híbridos, ya que no obtendremos un buen fruto. La semilla debe pertenecer a un tomate lo más natural posible si queremos conseguir buenos resultados.
Cómo plantar tomates y sus variedades
Hay una gran variedad de tomates que podremos plantar, y su elección dependerá tanto del fruto que queramos obtener como de la zona en la que los vayamos a cultivar (clima, humedad, etc.). Por ello, nos informaremos en nuestro invernadero de confianza el tipo de tomate más recomendado.
Otro aspecto que diferencia las variedades es el tipo de planta, ya que algunas producen fruto en un corto periodo de tiempo, y otros necesitan un plazo de tiempo mayor para poder ser utilizados.
Si elegimos plantas pequeñas de tomate para trasplantar, procuraremos que los tallos sean lo más rectos posible. Por otro lado, deberán tener algunas hojas, pero nunca flores. Antes de comprarlo, observaremos que no tenga insectos o infecciones que afecten a la planta antes de desarrollarse.
Preparando el terreno
Si plantamos con semillas, las introduciremos en un semillero con turba durante un período aproximado de unas seis semanas.
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Las plantas las situaremos en zonas soleadas. Si les da demasiada sombra, además de mayores riesgos de parásitos y putrefacción, el fruto que se obtendrá será más pequeño. Eso sí, en todo caso, deberá protegerse la planta de fuertes vientos, y la abonaremos con regularidad con abono animal o fertilizantes.
La tierra ideal será ácida, con un pH aproximado de 6,5. Aprende a medirlo con nuestro artículo cómo medir el pH del suelo.
Cómo trasplantar tomate
Si ya tenemos la planta crecida, procederemos a introducirla en la tierra dando un espacio aproximado de 20 cm entre planta y planta, al ser posible sobre caballones para facilitar el riego y el drenaje, evitando que las partes inferiores se pudran por estar en contacto con el agua.
Antes de trasplantar el tomate, prepararemos la tierra con suficiente abono y regaremos, para luego cortar algunas de las hojas bajas con el fin de darle más fuerza al conjunto.
Cuidados y mantenimiento del tomate
Una vez plantado el tomate, deberemos procurar regarlo con regularidad. Un buen momento para ello es cuando las hojas empiezan a ponerse un poco marchitas.
Con el tiempo, la planta irá creciendo, por lo que deberemos ir enrollándola en una estructura firme y podarlas de vez en cuando, para que los frutos puedan aprovechar toda la fuerza posible.
"Si les da demasiada sombra, además de mayores riesgos de parásitos y putrefacción, el fruto que se obtendrá será más pequeño."
Si vemos que la planta de tomate se pone amarillenta, es posible que pueda faltarle algo de nitrógeno. No obstante, no hay que confundir esto con las hojas que van secándose en la zona baja de la planta.
Si cuidamos con esmero nuestra planta de tomate, en poco tiempo podremos obtener exquisitos frutos, con todo el sabor que sólo una huerta natural puede darle.