Si lo que buscas es amenizar la reunión de negocios, entonces un desayuno o almuerzo de negocios es lo que necesitas
¿Por qué planificar un desayuno o almuerzo de negocios?
Ningún negocio exitoso se pacta de pie, dice un refrán popular que tiene mucha razón. Es que los buenos planes y proyectos de negocios se establecen en torno a una mesa: la del salón de conferencias, la de un almuerzo, un brunch o un desayuno de negocios.
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Si lo que buscas es amenizar la reunión, evitando el uso de la oficina o de una sala de conferencias, entonces el desayuno o, en tal caso, el almuerzo de negocios, es lo que necesitas. Se trata de una comida más bien liviana, que no requiere de demasiado protocolo y que no dejará a los asistentes queriendo dormir una siestecita, como suele suceder en las cenas completas. También, tanto los desayunos como los brunches y los almuerzos no exige de etiquetas elegantes: la ropa de oficina será adecuada en todos los casos.
Puedes elegir un sitio llamativo y elegante, o uno distendido, pero teniendo en cuenta pocos detalles: debe ser un lugar bien iluminado, servirse en una mesa redonda que no denote jerarquías y que facilite las negociaciones, y sobre todo, debe ser en torno a una mesa con sillas y no en sofás o butacas demasiado reclinadas, que sólo hacen que la gente se distraiga de lo que están allí para atender.
"Ya sea un desayuno, un brunch o un almuerzo de negocios, debes planificar muy bien la comida. Debe ser siempre de muy buena calidad, preparada por manos especializadas."
Elige el lugar del almuezo de negocios
Puede organizarlo en una sala de té, en la terraza de la oficina o de conferencias, o casi en cualquier sitio agradable. Debe estar bien iluminado, limpio y ordenado. La mesa debe ser espaciosa, para poder disponer de los cubiertos, vajilla y demás, pero también ordenadores, papeles y lo que fuera necesario. Comprueba, asimismo, que las sillas sean confortables y firmes: nadie quiere hacer negocios mientras intenta equilibrarse en una silla que chilla.
Evita que se apliquen aromatizantes pronunciados en el sitio antes de la reunión, y ventila bien para quitar los aromas de los productos de higiene. Decora con flores de aromas suaves, si es lo que prefieres, para prevenir la posibilidad de que alguno de los asistentes sufra una reacción alérgica o una incomodidad con estos perfumes.
Consulta el clima pronosticado antes de elegir el sitio, y si lo haces a cielo abierto, asegúrate de planificar un plan de contingencia en caso de mal clima, ya sea por frío, lluvia o viento, que imposibilitaría la buena negociación.
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La comida para un desayuno o brunch
Ya sea un desayuno, un brunch o un almuerzo de negocios, debes planificar muy bien la comida. Debe ser siempre de muy buena calidad, preparada por manos especializadas. En comidas de plato, elige los sabores simples pero delicados, y las comidas livianas en cantidades pequeñas. En el caso de bocadillos, asegúrate que no dejen los dedos grasosos ni los trajes repletos de migajas: prefiere los sándwiches de migas húmedas, los canapés, las piezas de fruta con pincho en bocados pequeños, y nada con demasiados jugos.
También, evita los platillos demasiado crocantes (ninguna buena negociación se acompaña del crunch-crunch de tostadas siendo masticadas), y brinda diversas opciones, indicando claramente de qué se trata cada platillo, bocadillo y bebida.
Asegúrate de conocer los detalles particulares de cada asistente, en especial los de la contraparte. Debes saber si sigue algún régimen alimenticio especial (por motivos médicos o personales, ya sea de gustos o de elecciones personales como el veganismo o el vegetarianismo), algo que podrás conocer consultando a su encargado de eventos, a su secretario personal, o simplemente observándolo en otros eventos y tomando nota de lo que consume y de lo que rechaza.
"Si has organizado el encuentro en una casa de té o un restaurante, asegúrate de indicarle al mozo que no lleve el ticket a la mesa."
El detalle final
Si el evento se realizó en un sitio privado no habrá ticket de pago. Pero si lo has organizado en una casa de té o un restaurante, asegúrate de indicarle al mozo que no lleve el ticket a la mesa. Sé el último en retirarte y abona sólo cuando la contraparte se haya ido. Y si esto no fuera posible, sé tú quien tome el ticket, revísalo (para demostrar que prestas atención a tu dinero, pero no hagas exclamaciones al respecto) y paga la cuenta.
Y ya sea que la negociación haya sido o no exitosa (y en particular cuando lo haya sido), termina el encuentro con una copa de cava (espumante, champaña), para celebrar el nuevo pacto, o para agradecer a tus invitados por su asistencia, con un brindis bien enunciado.