Cómo Debe ser una Relacion entre Jefe y Empleado

En los mejores climas laborales el jefe no se estanca arriba de un pedestal, sino que participa activamente en la relación interpersonal con todos los miembros de la corporación. Sin embargo, para que exista una buena relación entre jefe y empleados hay una distinción de jerarquías que se debe respetar: el primero es quien toma las decisiones, quien se responsabiliza por el accionar de todo el plantel, y por eso su cargo debe ser mantenido con ciertos estándares de respeto y subordinación.

Pero esto no significa que la relación no pueda ser amena y cordial. Todo lo contrario: ha quedado demostrado a claras luces que los jefes que sonríen, conocen a los empleados por nombre, participan en las labores y permiten un ambiente un poco distendido, logran ambientes laborales más motivados y productivos.

"Para que exista una buena relación entre jefe y empleados hay una distinción de jerarquías que se debe respetar."

Lo que si está permitido entre jefes y empleados

Saludar por la mañana, almorzar en el mismo comedor, quedarse hasta tarde cuando la labor así lo requiere, además de ser justo y de felicitar a los empleados por los logros es un gran acierto para que la empresa y sus acciones fluyan con prosperidad. Esas son clasificaciones del denominado "buen jefe", en contra de aquella imagen de superior distante, no participativo y serio.

Por otro lado, los empleados también necesitan mantener esta relación. Incluir al jefe en las situaciones jocosas en su justa medida, a la vez que se ha de respetar el cargo y sus disposiciones es un imperativo. Vale decir que los empleados pueden incluir a su superior en las acciones de tipo social de la oficina, pero no sería del todo prudente jugarle bromas poco apropiadas, hacerse amigo de Facebook de su jefe y compartir con él o ella las fotografías de sus fiestas de fin de semana ni comentarios innecesarios en el ambiente laboral.

¿Qué se necesita para lograr una buena relación?

Se requiere de algo de dedicación y adecuación por ambas partes. Hay que tener en cuenta la empatía en todo momento: el jefe debe comprender la situación de sus empleados, respetar su tiempo familiar y propiciar un entorno motivador, mientras que los empleados deben respetar la jerarquía, la posición de mando y las exigencias del puesto superior, normalmente cargado de tensiones, responsabilidades y obligaciones.

El respeto por las personas es fundamental, pero también hay que tenerlo por los cargos. Cada uno es un trabajador, aunque sus actividades sean tan diferentes. No debemos menospreciar al otro en su accionar: no es fácil estar en ninguno de los dos lados de la cadena de mandos.