El momento de educar con penitencias y evitar los berrinches
Los niños juegan con los límites todo el tiempo, y es nuestro deber educarlos para evitar que crucen la linea. Usar penitencias y actuar frente a los berrinches es fundamental.
Una niña o varón de unos 2 años de edad ya debería reconocer el significado de las penitencias
Enfrentando los berrinches del niño
Una situación bien conocida: vamos al supermercado con nuestro hijo, quien pronto se aburre, comienza a pedir golosinas y juguetes, tiene sueño, quiere correr libremente, y llega el temido “no”. Es entonces cuando, conociendo el poder de sus acciones, el pequeño da comienzo al berrinche. Gritos, pataletas, llanto y un conjunto de sensaciones de angustia para el hijo y también para los padres. ¿Cómo detener los berrinches?
También te puede interesar...
Cómo poner en penitencia a un niño
La edad y los berrinches
Si el bebé tiene hasta un año, es difícil detener las pataletas simplemente con palabras. No hay amenazas que valgan, pues aún están en plena configuración del lenguaje. Bastante diferente es la situación cuando se trata de una niña o un varón de unos 2 años de edad, quien ya reconoce (o debería reconocer) el significado de penitencias, castigos o “te quedarás sin el juguete”. Pero a veces estas palabras no parecen valer de nada. Y eso sucede cuando los padres no cumplen con lo dicho. “Si sigues con el berrinche no te compraré golosinas” puede ser útil, siempre y cuando no compremos luego esos caramelos sólo para callar el llanto.
Sólo bastará una vez que demos el brazo a torcer para que el pequeño sepa que sólo debe seguir con su rabieta para conseguir el preciado bien: ese juguete, caminar libremente, comer chocolates y caramelos. El primer paso es siempre hablarle, pedirle que deje de hacer la rabieta, y es útil prometer lo que pide para luego, sólo como premio por portarse bien. Si lo retas y luego le das lo que pide sin que haya un cambio en su comportamiento, sólo le estarás haciendo saber que es una cuestión de perseverancia.
"Sólo bastará una vez que demos el brazo a torcer para que el pequeño sepa que sólo debe seguir con su rabieta hasta conseguir lo que quiere."
El tiempo de castigo
La palabra “castigo” puede sonar dura, pero tómala como lo que es: una penitencia, un tiempo fuera, un “time out” en el que el pequeño o la niña deberá silenciar el llanto, quedarse en su silla o en un sitio quieto y sin jugar. No debe haber violencia, agresiones, insultos ni gritos. Explícale, mientras lo conduces suavemente a su silla o a su rincón, que es un tiempo para que se tranquilice, recupere el aire y la sonrisa, y pida las cosas “por favor”.
Es importante premiar al niño cuando tenga un tiempo fuera exitoso. Vale decir que si lo mandas a su rincón y el pequeño se tranquiliza y obedece al quedarse quieto y tranquilo, deberás premiar su buena predisposición. No sigas retándole ni regañándolo, aprovecha tú también el tiempo fuera para permitir el buen aprendizaje. Cuando se logre el cometido de calma y bienestar, abraza, besa y felicita a tu hijo, y vuelve a preguntarle qué es lo que quiere. Si puedes y es apropiado dárselo, entonces hazlo. Enséñale que la manera correcta de pedir las cosas es con “por favor”, con “gracias” y con buen humor, y en poco tiempo comprenderá que ese berrinche sólo lo lleva a quedar en penitencia.