Métodos para darle fin a las rabietas y berrinches del niño
Una rabieta es un desafío que los padres nos siempre saben enfrentar. Aprende el método definitivo para evitar que vuelvan a ocurrir.
Las rabietas son una demostración de una comunicación insuficiente con los niños
Las rabietas de los niños y los límites
Las rabietas son extremadamente incómodas, un momento tremendo para los padres, y una clara demostración de una comunicación insuficiente por parte de los niños.
Si bien son habituales, pueden encontrar su fin con una enseñanza dedicada, mucha comprensión y apertura de diálogo dentro de la familia.
También te puede interesar...
Cómo cambiar un no por un si en los niños
¿Por qué ocurren las rabietas?
La razón es clara: el niño quiere algo que no puede tener (por el motivo que fuere), y actúa en reprimenda para sus padres. Puede ser en la forma de llanto, gritos, pataletas, y hasta agresiones físicas y verbales.
Los niños a menudo no comprenden del todo los asuntos de dinero ni de existencias. Cuando piden una golosina y no tenemos dinero para comprarla (o simplemente les decimos que no tenemos dinero, pues vamos a destinarlo a cosas más importantes), el niño se encapricha, llora, grita y se enoja. Pues todo esto puede prevenirse con simples lecciones de vida, por ejemplo, un día darle el gusto con la golosina pero luego no ir al cine o al circo, pues “gastamos el dinero en la golosina”. Será duro para los padres, pero es una valiosa enseñanza de prioridades que servirá mucho más que un regaño en la vida actual y futura del pequeño.
Educación para evitar las rabietas
Mamá ha preparado la comida, la mesa está puesta, y se llama a sentarse en torno a ella. Pero el niño, encaprichado con seguir jugando, comienza una rabieta. Hay dos caminos: enojarse y gritarle para que lo haga, incluso llevándolo a la rastra, o bien dejarlo que siga con sus juegos, esta vez explicándole que si no se sienta a comer, luego no habrá comida.
Dejar a un niño sin su almuerzo nunca es recomendable, pero sólo una o dos veces le servirán para aprender el valor de cumplir esta orden. Cuando luego de no ir a la mesa el niño sienta hambre y pida comida, simplemente explícale que la hora de comer ya pasó, y que ahora tendrá que esperar hasta la merienda.
"La razón de la rabieta es clara: el niño quiere algo que no puede tener, y actúa en reprimenda para sus padres."
Algo similar sucede cuando se sienta a la mesa pero no come. Pues reglas simples y mano firme aquí. No hace falta llegar a enojos ni gritos, sino que debes advertir y luego cumplir con tu palabra, sea como sea, pues de lo contrario darás más motivos a las rabietas. “Quien no termina su comida no tiene postre”, puedes decir. Los niños que sí coman su comida recibirán postre, y los que no, pues no comerán sus valiosos dulces.
Es duro y puede sonar cruel, pero es una manera de asegurarte que tu hijo o hija reciba una nutrición adecuada para su correcto desarrollo.