Cómo mejorar el ánimo cuando tenemos una enfermedad

Aceptación de la enfermedad

A veces contraemos la enfermedad, a veces se desarrolla independiente de nuestras acciones y elecciones de vida, a veces se trata de un mal genético, congénito o hereditario. Lo cierto es que el origen de la enfermedad es independiente a su existencia. Saber cómo obtuvimos el mal es importante, claro, mucho más para saber cómo prevenirlo para el futuro. Pero eso es casi secundario en lo que respecta a batallar contra ello.

Sea cual sea la razón por la que tenemos esta enfermedad, lo cierto es que ya la tenemos como parte de nuestras vidas. Aceptar que esta es una enfermedad que podría haber afectado a cualquier otra persona es un paso importante. Muchas personas se quedan truncadas en pensamientos como "por qué a mí" o "qué hice para merecerlo". Pues lo cierto es que estas nociones no te llevan hacia ningún lado. Reemplázalas, en cambio, por "qué es lo que haré para vencer a esta enfermedad".

"Mantener el ánimo y el espíritu elevados y conservar el buen humor puede ser la clave fundamental de la recuperación."

Buen ánimo para combatir el mal

A sabiendas de que la enfermedad no te ha elegido a ti en particular, y a sabiendas de que quizás incluso no podrías haber hecho nada para evitarla, aceptando que las causas o los orígenes son bien aleatorios o bien parte del pasado, puedes dar paso al proceso de vencer al mal. Y, al mejor estilo de Patch Adams: el humor es la mejor medicina.

Mantener el ánimo y el espíritu elevados y conservar el buen humor puede ser la clave fundamental de la recuperación, y en general: lo es. Si tomamos religiosamente la medicación recetada, y seguimos el tratamiento al pie de la letra, tendremos mejores chances de batalla. Pero si lo hacemos con la mente nublada de pensamientos de derrota, de tristeza, de desolación, pues la batalla estará muy en nuestra contra.

Por ello, debes enfrentar al mal con terapias, tratamientos, medicamentos... pero principalmente: con buen humor. Ríete de la enfermedad que te acosa, invítala a acompañarte en tus actividades en lugar de quedarte encerrado en casa, dejándola ganar la batalla. Tómalo como un desafío personal: hazte amigo de tu enfermedad y ponla a trabajar a tu favor. No permitas que un intruso te gane en tu propio cuerpo: así como esta enfermedad entró, bien puede salir. Y todo depende de ti, y de tus ánimos para contrarrestarla.

Cómo mantener el buen humor ante una enfermedad

Para mantener el buen humor puedes echar mano de todo aquello que levante tus ánimos. Si te placen las reuniones con amigos (y si tu condición inmunitaria lo permite, claro), aprovecha para pasar el tiempo con ellos. Organiza cenas en casa, ciclos de películas con enormes baldes de pochoclos listos para ser degustados. Toma caminatas por el parque, aunque sean cortas, y déjate maravillar por el mundo que te rodea. Evita la gente y las situaciones negativas, y acude a sitios cargados de alegría. Si no te gusta el circo, pero sabes que allí la gente acude con buenos ánimos, ve y déjate contagiar por las risas.