Cómo Liberar Espacio en Casa
Para tener cada ambiente en condiciones sólo necesitas deshacerte de lo que no te sirva. Retirando de tu vida las cosas que ni sabes cuánto estorban ganarás la batalla.
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Liberar espacio en casa no se trata de orden, sino de soltar las amarras emocionales que nos unen a los objetos.
Tips para Liberar Espacio
Aunque todos quisiéramos, pocos sabemos realmente cómo liberar espacio en casa. Pero lo cierto es que no se trata sino de nuestro afán de aferrarnos a los bienes como si fueran la respuesta a todo mal. Guardamos elementos “por si alguna vez” los necesitamos, o también por nostalgia aunque ya sean tanto inútiles como incógnitos.
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En natural que queramos conservar recuerdos de nuestros momentos más felices o de aquello que sacudió nuestras vidas. Pero salvo que lo conviertas en una decoración, no vale la pena conservarlo. Por ejemplo: guardar el primer par de escarpines de nuestro bebé es sensacional, y nos dará alegría con sólo observarlos, llenando nuestro corazón de ternura. Pero, para que eso suceda, deberías tenerlos a la vista, seguramente en alguna creación que te permita exhibirlos, pues si los tienes dentro de una caja en la parte más alta del armario estarían ocupando lugar en vez de evocar felicidad.
Por otro lado, recuerda que los objetos son sólo eso: elementos inertes. Salvo que en verdad tengas un significado claro y fuertemente emocional, y que en verdad quieras lucirlos con orgullo, no los conserves por compromiso, y mucho menos porque alguna vez fueron importantes y ahora ya te has habituado. Deja que las cosas cumplan su ciclo en tu vida, y que sigan su camino en otros destinos. Bota lo que puedas y obsequia, dona o vende lo que ya no tenga espacio en tu vida.
"Deja que las cosas cumplan su ciclo en tu vida, y que sigan su camino en otros destinos. Bota lo que puedas y obsequia, dona o vende lo que ya no tenga espacio en tu vida."
Esta habitación está ordenada, pero ¿no te parece un poco congestionada?. Aprende a liberar espacio y dejar tus ambientes confortables.
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Cosas que puedes tirar para liberar espacio en casa
Ante todo, analiza los objetos que ya puedan seguir su viaje para saber si lo mejor es donar, vender, obsequiar o botar. Considera que hay muchas entidades caritativas que apreciarían la ropa, los utensilios y la vajilla, los elementos de oficina, y mucho más. Siempre prioriza a quien necesita las cosas. Y ten en cuenta que todos somos culpables de tener estas amarras emocionales con los objetos, pero debemos aprender a soltarlas y liberar espacio en casa deshaciéndonos de los siguientes elementos:
Cintas de VHS y casetes: Todos los conservamos, y lo cierto es que ya ni siquiera tenemos dónde reproducirlos. Las cintas pueden ser geniales para muchas manualidades, y las carcasas serán bien apreciadas por los coleccionistas… pero ya no tienen sitio en tu hogar.
Elementos caducos y vencidos: Medicamentos, alimentos, cosméticos (ese rímel cuyo cepillo es espléndido pero que huele de espanto) y todo lo que esté caduco, vencido, seco e inútil sólo tiene un destino: el cesto de basura.
Objetos de oficina: Guardamos lápices de 2cm, biromes que ya no funcionan pero que su diseño es bonito, tres hojas en un cuaderno de espirales… bota lo que ya no sirva, y lleva el resto a un centro escolar comunitario, donde te lo agradecerán.
Libros: Los libros que ya leíste merecen seguir su viaje. Salvo que sean una colección, o que vayas a volver a leerlos, la mayoría tendrá mejor sitio en casa de un amigo, en la biblioteca, o donde sea.
Los “por si acaso”: Esta es una categoría amplia, y se compone de todo lo que guardamos “por si acaso”, o por si aparece su compañero perdido (como es el caso de calcetines, aretes, o lo que sea). Salvo que sean valiosos, prestados u otros, dales un mejor destino ¡y no los guardes por si acaso!
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Prendas por remendar: Otro clásico es tener una caja llena de prendas por remendar: calcetines por zurcir, playeras por coser, cremalleras por remendar, botones por pegar. Hazlo hoy mismo, o lleva las prendas a un centro comunitario para que ellos los remienden y usen (mejor aún: remiéndalos tú, y llévalos ya arreglados).
Revistas, guías y papeles: Las revistas viejas que puedan reciclarse tendrán ese mejor destino. No conserves catálogos, folletos u otros porque “hay una nota interesante” o “hay una receta sabrosa” en ellas: si tienes consultas, usa Internet, y pon las revistas en el cesto de reciclaje o en el contenedor más adecuado. Incluye en esta categoría ese trocito de papel de envolver, el resto del papel tapiz, los periódicos y suplementos, los manuales de usuario de electrodomésticos que ya ni siquiera tienes, etc.
Ropa y calzados: Si, la trampa más fácil: guardamos ropa que ya no nos queda, que pasó de moda, que tiene un gran agujero en la espalda pero “la guardamos para usar de entrecasa”, y calzados que están tan desgastados que ya son irreconocibles. ¡Bótalos! Lleva al contenedor todo lo que no sirva y, si tienes dudas (o si consideras que están en condiciones, pero pasados de moda y ya no los usarás), llévalos directamente a una entidad caritativa, parroquia, templo o a un hospital público. Ellos sabrán qué hacer.
Trabajos a medias: Un cuadro a medio pintar, una estantería a medio construir, una hamaca de macramé a medio terminar… tus opciones son simples, y son sólo dos: o lo terminas al final de esta semana, lo botas al cesto o le das mejor destino, y así tendrás espacio y satisfacción.
"Todos somos culpables de tener amarras emocionales con los objetos, pero debemos aprender a soltarlos y liberar espacio en casa deshaciéndonos de lo que ya no sirva."
Vajilla, cristalería, cubertería: Por el uso, nuestros elementos cotidianos van rompiéndose hasta que sólo nos queda una copa del set, dos vasos (tal vez uno astillado), un plato grande y tres pequeños… y ya no los usamos, pero tampoco nos deshacemos de ellos “por si algún día somos muchos a la hora de comer”. Solución: bota lo que esté roto, y dona el resto a un comedor comunitario. Incluye aquí los utensilios y elementos de cocina, y haz lo mismo en el taller, en la alacena, en lo que sea.
Sólo ten en cuenta estos consejos para liberar espacio en tu casa retirando todo lo que, en definitiva, ni siquiera recordabas que tenías.