Cómo lavar los trastes de forma efectiva
Lavar los platos y la vajilla es una de las tareas cotidianas del hogar, así que no tendremos escapatoria. Para hacerlo de manera efectiva, sigue estos consejos.
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Primero, junta todo lo que debas lavar. Así, minimizarás el uso del agua, y en una tanda podrás hacer una lavada más efectiva. Si quieres puedes llenar la batea de la cocina, o bien una palangana plástica de gran tamaño, con agua caliente, jabonosa o con detergente lavavajillas. Deja remojando allí los platos, las ollas y todo lo que se ensucie a lo largo del día. Esta prolongada exposición al agua hará que hasta la suciedad más rebelde de platos y sartenes se desprenda con facilidad a la hora de lavar.
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Cuando los elementos se hayan remojado lo suficiente, retíralos uno a uno del agua, y refriega suavemente con una esponja de cocina. Si notas suciedades más rebeldes, puedes usar un cepillo para vajillas, que no dejará ni producirá rayas o marcas en las superficies delicadas. Ve recolectando dentro de la batea los elementos ya restregados, hasta haber limpiado el último. A continuación, ya puedes enjuagar. Ahora sí, abre el grifo, con agua bien caliente, y retira el jabón de los platos, de la vajilla, de las ollas y de todos los trastes.
Una buena técnica es enjabonar según un orden: primero los elementos de mayor tamaño, y luego los más pequeños; también sigue este orden restregando primero las ollas, sartenes y demás, luego las fuentes, luego los cubiertos y los platos, a continuación los elementos de vidrio, y finalmente las copas y vasos. Así, cuando enjuagues, podrás colocar los elementos más pequeños debajo de los más grandes, evitando que se rompan, y permitiendo que escurran el tiempo suficiente. Esto te evitará más de una rotura, y muchísimo tiempo.
Si tus ollas, sartenes y cacerolas tienen restos de grasas o suciedades adheridas, puedes espolvorearlas con sal, y luego colocar agua caliente dentro. Deja remojar, y luego lava como de costumbre. En casos de suciedades muy adheridas a la vajilla, puedes usar limpiador desengrasante, dejándolo actuar por algunos minutos, para luego lavar bien y secar.
Un truco casero para limpiar ollas gruesas con restos de alimentos quemados es poner a hervir agua con cenizas (puedes usar las cenizas de la estufa a leños) dentro de la olla en cuestión. La ceniza ayudará a liberar las suciedades adheridas.
Si estos trucos aún no funcionan en una suciedad muy rebelde, prueba hervir un poco de vinagre blanco dentro de la olla en cuestión. El vinagre debe cubrir por completo la zona de la mancha. Luego de hervir unos minutos, deja entibiar y agrega un poco de sal fina. Deja allí hasta que enfríe por completo. Luego, deberás lavar como de costumbre.
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Tras enjuagar la vajilla y los trastes con agua caliente, déjalos escurrir sobre un lienzo o una bandeja que recolecte el agua. Cuando hayas enjuagado el último elemento, toma una toalla o un paño seco, limpio y que no deje pelusas, y seca repasando cada elemento. Así, no tendrás que lidiar luego con las tediosas manchas de gotitas que se producen por el secado natural.