Cómo atender Primeros Auxilios en un Campamento

En un campamento o viaje en carpa, estando en lugares alejados de los centros asistenciales, es importante conocer de primeros auxilios y saber cómo actuar ante un problema de salud o daño físico.

Cómo atender Primeros Auxilios en un Campamento

Primeros auxilios para fracturas, fisuras, luxaciones. Curar heridas, raspones y golpes. ¿Cómo actuar ante problemas de salud en un campamento?

Cómo actuar ante problemas de salud en un campamento

Saber actuar adecuadamente y a tiempo es imprescindible en casos de emergencias médicas. Los primeros auxilios pueden, literalmente, desde salvar una vida hasta mejorar la comodidad de los viajeros, en particular los que están en carpa, ya que quedan expuestos a picaduras y accidentes de lo más variados, desde raspones y cortes hasta serios problemas de salud.

Antes de salir en un viaje en carpa, al menos uno de los integrantes del grupo puede asistir a un entrenamiento de primeros auxilios. Revisen Internet en busca de páginas especializadas que expliquen los procedimientos de salvataje básicos para acampantes, como curación de heridas, entablillado de fisuras y quebraduras, o cómo actuar en casos de ahogo, técnicas de respiración cardiopulmonar (RCP) u otras.

"En viajes en carpa, especialmente, no se debe subestimar las señales de deterioro de salud o bienestar."

Detección de síntomas

En viajes en carpa, especialmente, no se debe subestimar las señales de deterioro de salud o bienestar. Leves fiebres, dolores y malestares son señales de alarma que debemos atender sin demoras, pues es probable que no tengamos hospitales cerca en casos de urgencia. Consulta los centros de salud más cercanos antes de salir del viaje, tan sólo para tener la prevención y el conocimiento, en caso de necesitarlo.

Si ocurriera un accidente, una herida o un problema de salud, actúa rápidamente, con cuidado y lógica. Si no sabes cómo actuar, estabiliza a la persona y dirígete de inmediato a un centro de salud o destacamento de policía, guardaparques, brigadistas u otro similar.

Presta atención a la persona, sin subestimar sus síntomas, cualquiera sea la condición de salud. Observa su respiración, si se nota agitada o interrumpida, y controla su presión o circulación sanguínea, al menos escuchando los latidos de su corazón. Si notas taquicardias o cambios del ritmo, acompaña al afectado a un centro asistencial. Si se observa fiebre, ronchas o reacciones de tipo alérgicas o demás, acompaña a la persona afectada al centro asistencial.

Curar heridas, raspones y golpes

El primer paso es lavar la herida con agua limpia, embotellada o mineral, para evitar agravar el problema. Vierte suficiente agua como para evaluar la profundidad de la herida. Luego, lava la zona con jabón o sanitizante (o desinfectante) y aplica presión para detener las hemorragias. Puedes usar apósitos femeninos o gasas y telas limpias. Si la herida requiere de sutura, ve al centro asistencial de inmediato.

Los golpes fuertes pueden presentar heridas internas no visibles. Se debe prestar atención al comportamiento de la persona afectada y revisar la zona en busca de abultamientos, zonas demasiado sensibles, hinchadas, magullones o moretones y demás. Puedes ofrecer un analgésico que aliviane la sangre, como aspirinas, para facilitar la circulación sanguínea y prevenir la inflamación. Dale abundante agua a la persona afectada.

"Si no sabes cómo actuar, estabiliza a la persona y dirígete de inmediato a un centro de salud o destacamento de policía, guardaparques o similar."

Primeros auxilios para fracturas, fisuras, luxaciones

En este caso, evalúa el daño. Si fuese una fractura expuesta, estabiliza la herida limpiándola con agua y lleva a la persona al centro asistencial, sin realizar peso ni presión a la herida, cubierta con un paño limpio. En casos de fracturas, luxaciones o fisuras internas, fija la zona con tablillas y vendas y lleva al afectado al centro de salud más cercano.

Recuerda que ante cualquier caso, lo mejor es acudir a un centro asistencial y solicitar atención médica. No subestimes síntomas ni eventos, por leves que sean, pues podrían ser síntoma de males mayores. La prevención es siempre mejor que la cura.