Cómo diferenciar lo que queremos de lo que merecemos

Merecer y querer no siempre coinciden. Mejor aprender a diferenciar entre ambos para entender por que no obtenemos lo que queremos, y que quizás merezcamos.

Cómo diferenciar lo que queremos de lo que merecemos

Diferencia entre merecer y querer

A veces deseamos, y a veces merecemos. Y no siempre se trata de la misma situación. Por ello, es bueno aprender la diferencia entre ambos, para vivir en el mundo real y no dejarnos desalentar por todo aquello que no tenemos, y que probablemente estemos a punto de recibir.

La vida es justa, como decían los consejos de abuelas, y ese es un gran precepto a partir del cual podemos partir a recorrer este camino entre el querer y el merecer. Por mucho que queramos algo, si no nos esforzamos y damos lo mejor de nosotros para conseguirlo, entonces no nos estaremos haciendo merecedores a ello.

A veces, claro, recibimos de la vida algo que no deseamos, pero puede ser que sí lo merezcamos. Finalmente, hay cosas (situaciones, personas y demás) que ni deseamos ni merecemos, pero nos toca vivirlas de igual manera. Pues la vida funciona así: es un gran acertijo que debemos ir descifrando minuto a minuto.

"Puede que sientas merecer algo, por tus acciones pasadas, y puede que en verdad lo desees, pero que no estés poniendo en práctica las herramientas apropiadas."

Consejos para merecer algo que queremos

  • Puede que sientas merecer algo, por tus acciones pasadas, y puede que en verdad lo desees, pero que no estés poniendo en práctica las herramientas apropiadas. En lo que respecta a nuestra autoestima y amor propio, a veces deseamos cambios que no estamos dispuestos a emprender. ¿Verdad? Pues es momento de pensar si realmente los deseamos, pues con el suficiente empeño podremos darle batalla, para conseguir eso que queremos, y que ciertamente merecemos.
  • Supón que deseas gustar en la oficina, con tus nuevos colegas. Crees merecerlo, pues eres una persona agradable. Buscas ese agrado y no lo encuentras, y te pones a preguntar si en verdad lo mereces. Piensas en lo que has hecho en tu trabajo anterior, o en la caja de bombones que regalaste a tus nuevos colegas el primer día, y nada surte efecto. Piensas merecerlo, claro, y es que probablemente lo que merezcas es ser gustado.
  • Pero, aunque no se condiga con tus deseos y merecimientos, si lo que te tocó en turno es una relación distante con tus colegas, intenta sacarle el mayor partido a la situación. No te dejes vencer, y analiza todo eso que tienes y lo que no tiene para distinguir la diferencia entre el desear y el merecer. Después de todo, sabemos que todo lo que sucede tiene una razón detrás, y no siempre la conocemos.