Cómo hacer un ejercicio de relajación con la imaginación

La imaginación es un arma muy poderosa que, en este caso, nos ayudará a crear un clima de relajación placentero.

Cómo hacer un ejercicio de relajación con la imaginación

Consejos para relajarse con la imaginación

Para ayudarte a relajar tu cuerpo y tu mente al final del día, en especial luego de atravesar situaciones de estrés (como problemas en el trabajo, discusiones, exámenes y demás) debes echar mano a cuanta terapia hogareña te parezca útil y apropiada. En esta nota te contaremos un ejercicio de relajación muy sencillo, usando sólo tu imaginación para alcanzar el descanso corporal y mental.

Ejercicio de relajación

  • Para poner en práctica este ejercicio, debes despojarte de alhajas, bisuterías, maquillaje, moños del pelo y de tu ropa de trabajo. Viste algo cómodo, y retirate a una habitación a oscuras o iluminada de manera tenue, no sin antes pedir a tu familia que te permitan una hora sin interrupciones. Quizás demores menos, pero es mejor estar prevenidos.
  • Luego, y de pie, haremos movimientos rotatorios con los pies, las manos y la cabeza, para comenzar a relajarlos, mientras respiramos profunda y lentamente. Cuando te sientas listo para ello, comenzaremos la terapia casera de relajación.
  • Ahora sí, nos tumbamos boca arriba con los ojos cerrados, a oscuras o con luz tenue, evitando sonidos externos. Si vives en la ciudad, quizás puedas poner música muy suave, a bajo volumen.
  • Imaginamos entonces un bello día en el campo, tendidos sobre el pasto. Al principio no vemos nada, pero comenzamos a imaginar un cielo totalmente despejado que nos cubre. Lentamente, incorporamos a la escena una brisa, e imaginamos el aroma del aire fresco cargado de hierbas y flores. Mientras disfrutamos de esta brisa sobre el rostro, sentimos el sol bañándonos, ya sea el de un bello amanecer, el de una tarde cálida o en el momento que nos sea más placentero. Disfrutamos de este sol unos instantes.
  • Luego, comenzamos a imaginar el sonido del mar cerca nuestro, o quizás un río o arroyo limpio que corre y nos deleita con sus sonidos frescos, tenues, que inundan nuestros sentidos. Permaneceremos allí unos instantes, disfrutando del día de campo, relajados y deleitándonos de la ausencia de problemas y preocupaciones en este lugar casi mágico que hemos creado para nosotros.
  • Terminaremos el ejercicio "apagando" uno a uno los elementos de este paisaje que hemos creado, minimizándolos de a poco. Cuando hayamos vuelto a un espacio en blanco, permaneceremos a oscuras unos instantes antes de abrir los ojos y levantarnos lentamente.
  • Haz este ejercicio de relajación cada vez que lo necesites, será muy útil para volver a la realidad mas tranquilo o con los ánimos en alto.