Cómo comprender mejor a nuestros hijos

Algunos consejos para optimizar las formas y la calidad de la comprensión entre padres e hijos.

Cómo comprender mejor a nuestros hijos. Consejos para mejorar la comprensión entre padres e hijos.

Relación entre padre e hijos.

Relación entre padre e hijos

Deseamos compartirles algunos puntos de vista acerca de la manera más positiva de optimizar las formas y la calidad de la comprensión entre padres e hijos. Ese trato cotidiano, que a veces parece imposible de efectuarse sin problemas, si se atiende con inteligencia y mucho amor, puede llevarse a cabo sin contratiempo alguno y llegar a ser muy estimulante.

"Una estupenda alternativa para llevar a buen puerto la relación atribulada que a veces tenemos con nuestro hijos, es brindándoles mensajes claros."

Consejos para mejorar la comprensión entre padres e hijos

  • De entrada, una estupenda alternativa para llevar a buen puerto la relación atribulada que a veces tenemos con nuestro hijos, es brindándoles mensajes claros.
    Gran parte de los problemas que se dan en una familia, con referencia a la mala conducta o desobediencia de los niños, tiene mucho que ver con que no les expresamos claramente lo que nos parece lo más conveniente para ellos. La claridad es la cortesía del filósofo, recomendaba Ortega y Gasset; en el caso de los padres, es una amorosa obligación.
  • También es preciso, en cada oportunidad pertinente, pedirles a nuestros hijos su opinión acerca de los acontecimientos cotidianos. El hecho de hacerlos sentir partes integrantes de un núcleo social, es decir, religados a su casa, a su gente, evita que traten de paliar esa carencia valorativa con extraños, en ambientes desconocidos, con todos los riesgos que esto implica.
  • Finalmente, hay que ser cuidadosos y atentos hasta en los detalles que nos parecen más mínimos con respecto a la manera en que nos relacionamos con nuestros hijos; por ejemplo, en la medida de lo posible, no generalizar y evitar términos como "nunca" o "siempre", en las exhortaciones o llamadas de atención que les hacemos, como cuando les reclamamos "Nunca haces lo correcto".
    De la misma manera, hay que ser congruentes en la relación entre lo que les pedimos que hagan, o el modo en el que deben de comportarse, y la manera que nosotros tenemos de desarrollar las mismas acciones o actitudes.

Los padres son los espejos de los hijos; por lo tanto, hagamos que su imagen sea cristalina y sincera, para vernos y descubrirnos allí, mejores cada día.