Cómo Convencer en una Reunión de Trabajo

¿Quieres que la mañana no se pierda dentro de la sala de conferencias? Aprende a convencer a tu audiencia durante una reunión siguiendo estos consejos.

Claves para convencer a la audiencia en una reunión de trabajo. Cómo convencer en una reunión laboral. Tips para persuadir en una presentación

Aprende a convencer en reuniones laborales para explayar mejor tu punto y llegar a tu meta en menos tiempo.

Cómo Persuadir en Reuniones Laborales

El jefe ha llegado tarde, la calefacción no funciona como es debido, y todos parecen algo dormidos… si no quieres pasar el resto de tu día en esa sala de conferencias, aprende a convencer en una reunión de trabajo explicando tu punto y avanzando en la agenda, sin demoras ni obstáculos.

Cuando estés en la reunión interactuando con los demás, o cuando toque presentar tu propuesta o tu informe logres ganar simpatizantes entre la audiencia, ten en cuenta estos consejos.

"Cuando puedas, relaciona la idea que estás proponiendo con casos de la vida real, ya sea con ejemplos o mediante referencias de hechos sucedidos en la realidad de los presentes."

5 claves para convencer al público en una reunión

1. Identifica a tu público: Todos tenemos esos compañeros de trabajo que sólo buscan arrojar piedras a las ideas. Si la sala tiene muchos de ellos, evita responder preguntas hasta tanto no hayas explicado tu punto y, si te interrumpen, cordialmente diles que cuando termines tu exposición podrás responder a sus interrogantes. No temas hacerlo: no se trata de ser grosero, sino de poder explicar una idea con fluidez. Al recibir preguntas, no evites contestarlas sino hazlo abiertamente, sin demoras, con un gesto cordial y palabras amables, pues la ofuscación es una manera fácil de impedir el darte a entender.

Lograr convencer a tu público en una reunión de trabajo. Tips para convencer a los demás en una reunión laboral.

Estos consejos serán de utilidad también en grupos de estudio, clubes de debate, y en cualquier situación social o laboral.

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2. Usa tu lenguaje no verbal: Acompaña tus palabras con gestos manuales y un lenguaje corporal abierto. Dirige el pecho hacia tu audiencia, toma una buena postura llevando los hombros hacia atrás y lejos de las orejas, y mira al frente, no hacia arriba ni hacia el suelo. Si quieres potenciar aún más el compromiso con alguien en particular, dirige tus pies hacia él o ella al hablar. Mantén las manos a la vista, gestualizando o uniendo las yemas de los dedos de ambas manos frente a tu pecho, o eventualmente posadas en un podio si lo tienes. No las lleves a tus bolsillos ni detrás de tu espalda: darás la idea de estar escondiendo algo y no lograrás convencer.

3. Ensaya tu exposición: Conocer tus palabras te ayudará a convencer y a explicarte mejor. Hazlo en casa, de camino al trabajo, o en tu mente antes de la exposición: así, podrás decir tu discurso más fluidamente, y harás explicaciones más simples. Al respecto, cuando debas identificar acciones o cuando la información lo amerite, ten preparados algunos ejemplos para explayarte más en cada tema, si temes que tu audiencia no los estuviera comprendiendo en su totalidad.

4. Relaciona la idea con la realidad: Cuando puedas, relaciona la idea que estás proponiendo con casos de la vida real, ya sea con  ejemplos o mediante referencias de hechos sucedidos en la realidad de los presentes. Al verse conectados con tus palabras, podrás convencerlos mejor.

5. Cuida tu voz: Gritar o ser demasiado enfático en tu exposición sólo pondría al público a la defensiva. Pero si usas un tono demasiado sutil, bajo o hasta timorato, no proyectarás esa imagen de seguridad que necesitas para convencer a tu audiencia. Mantén un tono de voz neutro, a buen volumen, y siempre se respetuoso con tus palabras. Es buena idea acompañar esto con un rostro sereno y más bien sonriente (no una sonrisa falsa o forzada, sino un gesto de satisfacción y seguridad). Recuerda: si no logras convencerte a ti mismo antes de todo, no podrás hacerlo con nadie más.

"Si quieres potenciar aún más el compromiso con alguien en particular, dirige tus pies hacia él o ella al hablar. Mantén las manos a la vista, gestualizando o uniendo las yemas de los dedos de ambas manos frente a tu pecho."

Finalmente, recuerda que nada nos gusta tanto como una buena idea que hayamos tenido nosotros mismos. Al final de tu exposición, y sólo si lo consideras necesario, compártela con el jefe o con el tomador de decisión (por ejemplo, menciona casualmente que la idea se te ocurrió cuando el jefe dijo algo similar hace algunos días). Puede que no sea una verdad absoluta, y puede que te quite el crédito total, pero de seguro acelerará el tiempo del encuentro y podrás convencer a tu audiencia en una reunión laboral o en cualquier otro ámbito de tu vida.