Cómo Evitar lo Que te Hace Mal

No te permitas vivir sin felicidad. Aprende cómo evitar lo que te hace mal para sentirte mejor cada día

Tips para evitar lo que te hace mal. Cómo solucionar lo que te hace mal. Aprende a lidiar con las cosas que te hacen mal a diario

¿Tu amiga se queja constantemente, y te deprime? ¡Aprende a evitar lo que te hace mal!

Cómo Evitar lo que te Hace Mal y Ser más Feliz

Sabes que te roba la energía, que te desmotiva, que debes evitar lo que te hace mal, pero por uno u otro motivo sigues teniéndolo en tu vida. Puede ser fumar cigarrillos, comer frituras poco saludables, o siquiera pasar tiempo en la oficina con ese colega que es capaz de nublar el más brillante día de sol con sus constantes quejas.

Por pena, por culpa, por respeto, por falta de fuerza de voluntad, o por el motivo (¡la excusa!) que sea, no te sientes capaz de evitar eso que te hace mal, y permites que vaya afectando tu bienestar día tras día. ¡Es hora de detener ese ciclo!. Aquí te contamos algunas buenas ideas que podrás aplicar desde hoy en tu vida.

"Identificar qué es lo que te hace mal es un paso fundamental, pues te permitirá conocer cuál es el mejor paso para evitarlo."

Identifica qué es lo que te hace mal

Necesitas saber con precisión qué es eso que te quita la felicidad, sea por mucho o por poco. Identificar la causa del problema (admitiendo que hay uno) es un paso fundamental, pues te permitirá conocer cuál es el mejor paso para solucionarlo.

Guía para estar mejor evitando lo que hace mal. Cómo evitar lo que nos hace daño. Mejora tu bienestar evitando lo que te hace mal

Los niños y los animales son geniales ejemplos: ellos sólo hacen lo que les hace bien y les da felicidad.

© Depositphotos.com/pitrs10

Puede ser eliminar el inconveniente de tu vida (como dejar de fumar, o dejar de permitir que la gente se abuse de tu confianza con un “no” certero), reducir su frecuencia (como charlar sólo un día a la semana con esa amiga y sus quejas constantes), o encontrar la mejor manera de enfrentar eso que te hace mal sin hacer cambios drásticos.

No subestimes los pequeños “males”

Quizás piensas que, después de todo, eso no te hace “tanto” mal. Es sólo media hora que pasas cada día escuchando las quejas de tu colega. Es sólo una bolsa de frituras por día. Es solo falta de movimiento en tu cuerpo, ya lo compensarás más adelante. ¡Pero no es así!

Piensa que, en las cavernas, una gota de agua que cae, lentamente, día tras día, logra al fin hacer un hoyo en la roca que tiene debajo. Piensa que esa misma gota, constante y pequeña, es capaz de formar una estalactita dura y eterna. Subestimar los pequeños males permite que se acumulen dentro de ti, al punto que los consideres como partes “normales” de tu día.

En necesario evitar lo que te hace mal

Acostumbrarte a vivir peor de lo que podrías vivir es abrirle la puerta a la enfermedad, a la depresión, al estrés, a una vida mucho menor que la que podrías tener. Evitar lo que te hace mal es un paso necesario para transcurrir tus días con una sonrisa en el rostro, haciendo lo que te hace bien. Y no es necesario eliminarlo de súbito; puedes simplemente minimizarlo, reducir la frecuencia, evitarlo la mitad de las veces (o más).

"Evitar lo que te hace mal es un paso necesario para transcurrir tus días con una sonrisa en el rostro, haciendo lo que te hace bien."

También puedes pensar en ello de una manera diferente, para que no inhiba tu potencial ni te condiciones. Por ejemplo, si tu trabajo es monótono, una constante fuga de energías positivas, podrías cambiar de trabajo, si tuvieras la oportunidad. Pero lo cierto es que esto es bastante poco habitual. Así, si no “puedes” dejar tu trabajo por otro, entonces comienza a considerarlo de otra manera, tomarlo como una actividad aburrida que cumples hasta el momento de hacer cosas divertidas. No le des más importancia de la que en verdad tiene en tu vida, y haz los pequeños cambios que sean necesarios para que tus jornadas sean mucho más livianas.

Puedes usar las excusas que consideres más apropiadas para no ir a esa reunión, a este café, o para no hacer eso que no quieres hacer. Siempre  cuando seas honesto contigo mismo, y no “excusarte” sino decirte la verdad: eso no te hace feliz, y estás eligiendo evitar lo que te hace mal a conciencia y con respeto por ti mismo.