Cómo Honrar a un Fallecido en un Evento

Aquí te enseñamos cómo homenajear a un fallecido durante una boda, cumpleaños o evento social, una costumbre que tiene sus reglas de protocolo.

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Puedes hacerle un homenaje a un fallecido colocando su vajilla con una cinta de color representativo en una mesa aparte.

Cómo Honrar a un Muerto Durante un Evento

Honrar a un fallecido en un evento, sea familiar, amigo, conocido o personal de la corporación, es un acto de cordialidad y respeto que no debe faltar en eventos sociales dentro de los primeros 3 meses desde su deceso. Se trata de una costumbre de la etiqueta militar que se ha extendido a otros planos de la vida social, y que nos invita a crear un sitio donde el homenajeado es “invitado” a compartir con los que aún están presentes.

Aprende cómo hacerle un homenaje a un ser querido recientemente fallecido en bodas, cumpleaños, celebraciones sociales o eventos formales.

"La costumbre para homenajear a un fallecido indica crear una mesa especial, pequeña, con elementos que toman simbologías bastante específicas."

¿De qué se trata el homenaje?

En una boda, en una cena formal o en cualquier evento donde los invitados tomen asiento, la costumbre para honrar a un fallecido indica crear una mesa especial, pequeña, con elementos que toman simbologías bastante específicas, además de una fotografía enmarcada o un elemento muy personal que represente al fallecido.

Con esta tradición se busca simbolizar la presencia del homenajeado en los corazones de los presentes, como si estuviera allí compartiendo la celebración.

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Dispón esta mesa para uno, igual de elegante que las demás, para honrar a un muerto en eventos sociales.

© Depositphotos.com/mishoo

Guía para honrar a un fallecido en una boda u otro evento

En un sitio visible en el evento, pero que no interrumpa el paso (por ejemplo, a un lado del hall de ingreso o del salón donde se disponen las mesas de la celebración) se ubica una mesa pequeña, cuadrada o circular, como para un comensal (en caso de que estemos rindiendo homenaje a sólo una persona). La mesa se cubre con un mantel de género blanco, limpio y planchado, y acomodado prolijamente.

Sobre el mantel se coloca un individual (un salvamantel) de color blanco, sobre el que se acomoda la vajilla blanca, cubertería y cristalería fina y elegante, siempre respetando el color blanco que simboliza la pureza del recuerdo que tenemos del fallecido. La disposición es la convencional para poner una mesa elegante, con la única salvedad de que las copas quedarán ubicadas boca abajo, en señal de respeto y duelo.

La etiqueta para homenajear a una persona muerta prosigue indicando que, a la izquierda y por delante del salvamantel, colocamos una vela de color blanco, sobre un candelero elegante y sobrio, que se encenderá al recordar a homenajeado o al llegar los invitados. La vela simboliza la luz de la esperanza.

A la derecha y a la misma altura que la vela colocaremos un florero o vaso alto, de vidrio o cristal incoloro, con agua limpia y una flor. Puede ser la flor favorita de la persona fallecida, o una flor simbólica. En caso de dudas, pondremos una rosa roja, que representará al amor de sus seres queridos.

En torno al florero o al vaso, ataremos una cinta. Puede ser la clásica cinta de raso o de seda amarilla, que es la que se usa en la tradición militar para honrar a un muerto caído en servicio, o el lazo representativo a la enfermedad que se haya cobrado la vida del fallecido.

"Honrar a una persona muerta en un evento es un acto de cordialidad y respeto que no debe faltar en eventos sociales dentro de los primeros 3 meses desde su deceso."

Por sobre el plato de sitio ubicamos un plato pequeño, blanco y muy limpio. Allí colocamos un cuarto de limón, que simboliza lo “ácido” de la muerte de esa persona. El limón (y el plato) se espolvorea con sal, que representa las lágrimas derramadas en duelo, y frente al plato (fuera del salvamantel) se pone una fotografía, una medalla recibida, el reloj favorito del fallecido o cualquier objeto que nos haga pensar directamente en esa persona.

El último paso será ubicar una silla vacía en esta mesa, que nadie podrá ocupar en la ceremonia o a lo largo del evento. Ese es el lugar que ha dejado la persona que sentimos aún presente (y que nosotros recreamos nuevamente), de acuerdo a esta tradición para homenajear a un fallecido en un evento.