Cómo hacer Natillas Caseras

Gracias a la simpleza de sus ingredientes y también de su preparación, las natillas acompañaron épocas de crisis de todo el Viejo Continente. Se trata de un postre energético, con buen aporte calórico, que lo convirtió en un gran favorito para el invierno, pero que también se disfruta en la estación de mayor calor.

El traspaso de las fronteras comerciales en tiempos remotos fue la clave para convertir a esta delicia en lo que hoy es. Así, el agregado de canela, nuez moscada, vainilla y muchos otros sabores mayormente asiáticos y orientales le dieron a este postre económico un toque glamoroso. 

"Las natillas son un postre energético, con buen aporte calórico, que se convirtió en un gran favorito para el invierno, aunque también se disfruta en la estación de mayor calor."

Natillas, crema inglesa y otros nombres

Sea cual fuere su origen, las natillas son parte de la repostería del mundo entero. En el Norte de Europa se la suele identificar como “crema inglesa”, en España son las tradicionales “natillas tradicionales”, y en Japón se la cuece saladas y se la denomina “chawanmushi”.

En América es conocida como “custard” en el Norte, mientras que en la mayor parte del Sur del continente se la denomina simplemente como “natillas”, pero con diversas adaptaciones en la receta: en Perú, por ejemplo, se integra miel de chancaca, en Colombia se suele añadir panela, mientras que en Costa Rica es una crema agria baja en grasas con vainilla y limón, entre otras variantes.

Receta base para hacer natillas caseras

Para una versión simple y de base necesitarás:

500 cc de leche (la que quieras)
100 gramos de azúcar blanco común
3 yemas de huevo
75 gramos de fécula de maíz
1 trozo de cáscara de limón (la parte amarilla y sin las fibras blancas interiores).

Preparación: En un cazo o una olla adecuada, coloca la leche y lleva al fuego bajo-moderado. Conforme vaya tomando temperatura, agrega el azúcar y la cáscara de limón para perfumar. Con una cuchara de madera ve revolviendo con cierta regularidad, para disolver el azúcar a la perfección y permitir que vaya caramelizándose para espesar la leche. No dejes que hierva, pues se desparramará por fuera de la olla.

Mientras, bate las yemas hasta que tomen un color claro, y agrégales la fécula de maíz. Cuando logres una crema bien homogénea y sin grumos, agrégala a la leche bien caliente mientras revuelves, para que la fécula espese toda la preparación. Sigue revolviendo y cocinando hasta que logres el punto deseado de tus natillas hechas en casa, ya sea más espesa o más liviana.

¿Y cómo servir las natillas hechas en casa?

Las natillas caseras se pueden servir en cazuelitas o compoteras individuales, o también en tazas grandes. Espolvorea por encima con canela molida y una pizca de nuez moscada, si te gusta.