Cómo evitar errores de Convivencia en la Oficina
La oficina es como una familia donde los trabajadores conviven varias horas al día, debiendo soportar costumbres, humores y hábitos ajenos. Sé un mejor compañero evitando algunos errores comunes para una buena convivencia.
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Errores comunes en la oficina
El conocido refrán dice que "el pasto siempre es más verde en casa del vecino", y lo vivimos al pie de la letra, aunque a veces vivimos como si sucediera exactamente lo contrario. Puede sonar confuso, pero fíjate qué simple se hace cuando lo decimos de otra manera: "el problema son los demás". Y así sucede en el trabajo: solemos fijarnos en los molestos hábitos de los compañeros de oficina, sin fijarnos que nosotros podemos tener algunas conductas o costumbres que molesten a quienes nos rodean, ¡aunque lo hagamos sin quererlo ni saberlo!
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En este artículo veremos algunos de los hábitos "inocentes" más molestos que podemos tener en una oficina, a partir de una reciente encuesta que los arroja como los errores propios más reconocidos por oficinistas de todo el mundo.
Usar el teléfono con altavoz
Sabemos que el altavoz del teléfono es un verdadero aliado, pues te permite tener disponibilidad de ambas manos al hablar, por ejemplo, usando tu ordenador al mismo tiempo. Pero debes tener en cuenta que el teléfono es un artefacto ruidoso, que puede perturbar a los demás. Puede hacerles perder la concentración, interrumpirlos haciendo demasiado ruido de fondo cuando ellos hacen llamadas, o simplemente puede molestarles que el volumen de tu artefacto sea ten pronunciado.
"Recuerda mantener el móvil o cualquier dispositivo en silencio o en modo vibratorio para evitar las interrupciones."
La solución: Procura utilizar el altavoz sólo en casos de necesidad, si puedes, hazlo con la puerta de la oficina cerrada, o bien bajando un poco el volumen del altavoz. Evita marcar con el altavoz encendido: marca el número e inicia la conversación con el teléfono regular, y luego pásalo a altavoz en caso de ser necesario.
Usar el móvil en reuniones y conversaciones
Pocas cosas son tan irritantes como hablar con alguien que parece una pared. Y, cuando en medio de una reunión o una conversación te pones a trabajar o a consultar tu Blackberry, iPhone u otro dispositivo, es como si fueses un muro, ausente de respuestas.
Aunque sea imperativo consultar ese dato en tu dispositivo justo en ese momento, procura excusarte o esperar al final de la oración de la otra persona para hacerlo, y recuerda mantener estos artefactos en silencio o en modo vibratorio para evitar las interrupciones (en especial si tienes enlazadas tus cuentas de Facebook y Twitter, o tu correo electrónico).
No responder los mensajes
Otro hábito poco agraciado es la falta de respuestas a las comunicaciones internas en la oficina. Ya sean orales, por mail, por teléfono, por radio, por mensajería interna o por el medio que fueran, y ya sea que se trate de notificaciones o de invitaciones a actividades extra laborales, procura contestar, sea por sí o por no, o también por un "te confirmo luego". Pero asegúrate de indicar que has recibido la misiva, y de responderla apropiadamente, en especial si pretendes lo mismo cuando envíes alguna comunicación.
Hablar de si mismo
Dicen los que más saben que el tema de conversación favorito de toda persona es sí mismo. Y es verdad: a todos nos encanta hablar de nosotros mismos. Pero, al hacerlo, debes ser considerado con los demás. En lo que respecta a las oficinas, nos referimos a que debes tener en cuenta que todos tus colegas tienen trabajos como el tuyo, a menudo algunos peores.
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"Otro hábito poco agraciado es la falta de respuestas a las comunicaciones internas en la oficina."
Si te la pasas quejándote por estar tan ocupado, por tener dificultades, por tener sueldo bajo, etc., seguramente molestarás a otras personas que estén en igual o en peores condiciones que tú. Lo mismo ocurre si te la pasas diciendo lo bueno que eres y que nadie te toca los talones.
Recuerda: siempre hay alguien que está peor que uno, y mientras te quejas de todo lo que tienes que hacer en la oficina, sentado y con el aire acondicionado encendido, hay otra persona caminando por la calle caliente, cargando papeles de aquí para allá, sin un minuto de descanso. ¿No te hace apreciar más todos tus pendientes ahora?