Errores comunes de los Recién Casados
El matrimonio es toda una novedad para la pareja, pero muchos comienzan a cometer errores muy comunes que van deteriorando la relación. Aprende a reconocerlos y evitarlos para que la felicidad de los recién casados sea eterna.
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Cómo evitar errores comunes en el matrimonio
La vida de los recién casados es una verdadera dicha constante. Se descubren como pareja en un modo mucho más íntimo, especial, mientras siguen admirando el brillo reluciente de sus alianzas, sin dejar ni un segundo de sonreír.
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Sin embargo, toda esta novedad trae consigo muchos errores comunes que pueden opacar tanta felicidad, y que la gran mayoría de los recién casados comete, sin saberlo ni querer hacerlo. En esta nota veremos cuáles son estos errores comunes, algunos de sus detalles, y qué hacer para evitarlos, de modo que la alegría del nuevo matrimonio no tenga ni una piedra en su camino.
Abandonar su imagen luego de casados
Es común ver como luego de casados, muchas mujeres y hombres descuidan su peso, su peinado, y su aspecto físico en general. Quizás el principal error que cometen los recién casados es dejar de atender con dedicación la imagen y estética personal, incluyendo especialmente la higiene (afeitado y depilación incluidos), y los kilos de más. Este descuido de la imagen, es decir, dejar de estar impecable frente a nuestra persona especial, va minimizando el misterio y la dedicación que manifestamos respecto de la pareja: ¿por qué ya no esperar a nuestra media naranja en nuestro mejor aspecto, en lugar de dejamos ver en batas, despeinados y demás?.
"Quizás el principal error que cometen los recién casados es dejar de atender con dedicación la imagen y estética personal."
Dejar de lado la intimidad y la privacidad
Abandonarse o mostrarnos desalineados es la puerta de entrada para cometer otros improperios a la intimidad, lo que eventualmente lleva a no tener intimidad alguna. Ir al sanitario aunque la otra persona esté dentro, hacer las rutinas de higiene y cuidado personal frente al otro, incluso sentirse en libertad de hacer otras cosas personales (y hablamos de esas que no queremos ver en nadie).
No hace falta decir que esto mata no sólo al misterio, sino también el romance y hasta el interés en cualquier persona en estas condiciones.
No organizarse con el dinero
Hablar de dinero puede ser incómodo para muchas personas, incluso para los recién casados que todo lo comparten. Y esto es un gran error, pues en el matrimonio el asunto del dinero (quién lo maneja, en qué forma y demás) es un tema que debe quedar claro desde el primer día, pues es la principal causa de peleas y hasta de separaciones. Lo mejor es establecer un diálogo abierto y un presupuesto en conjunto, da igual si sólo uno en la pareja es quien gana dinero, o si fuese una pareja de dos ingresos.
Olvidarse de los demás
Estar finalmente casados es grandioso. Seguramente que quieren pasar todo el día juntos, cada momento del día el uno con el otro. Sin embargo, no deben olvidarse de que viven en un mundo social en el que deben dejar tiempo libre para compartir, en conjunto y también por separado, con las respectivas familias, con los amigos en común, y también con los amigos propios. Esto, además, les permitirá extrañarse algunos instantes, les dará más temas de conversación, y les permitirá despejarse con sus amistades y seres queridos, juntos o por separado (sí, ¡esto incluye acompañar a tu pareja a ver a tus suegros también!).
Obsesionarse con el primer hijo
Las parejas de recién casados caen, eventualmente, en la obsesión con la llegada del primer bebé. Ya sea uno o ambos, si buscan desesperadamente concebir, esta actitud provoca que disminuya el interés por tener sexo, y además, pone a ambos en constante estrés en la medida en que el bebé siga sin aparecer, y esto conlleva innumerables peleas inútiles.
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"Las parejas de recién casados, con tantas actividades por hacer a menudo, olvidan la importancia de tener sexo."
No darle importancia al sexo
Las parejas de recién casados, con tantas actividades por hacer a menudo, olvidan la importancia de tener sexo, no se comparten con la suficiente frecuencia y, lentamente, el tema de la intimidad se va convirtiendo en un recuerdo distante. No hace falta decir lo mal que esto le termina haciendo a cualquier pareja, sea de recién casados, de novios, o de un matrimonio de muchos años.
Por tanto, no dejen que la rutina acabe con la pareja y la intimidad, pónganse manos a la obra para buscar ese momento especial para ambos, con empeño y dedicación, y a hacerlo como si todavía fueran novios recientes.