Los niños están en un continuo proceso de aprendizaje y dentro de las áreas que más se le suelen complicar a la hora de entrar a la educación formal están las matemáticas. Lo bueno es que existen técnicas muy buenas para enseñarles y que sea una actividad amena y divertida.
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Las matemáticas forman parte de las áreas de la vida que es necesario aprender de manera obligatoria porque todo, en alguna medida, necesita el uso de las matemáticas. Las usamos para contar el dinero que gastamos, para medir los ingredientes a la hora de preparar una comida y hasta para realizar cálculos a la hora de salir de vacaciones. Por eso, aprenderlas desde temprana edad es fundamental.
Los niños tienen mayor facilidad que los adultos para avanzar en este proceso porque aprenden los símbolos de matemáticas, los primeros números y así van avanzando de manera progresiva. Lo importante aquí es lograr fusionar los conocimientos de base que van adquiriendo en su día a día, con lo que pueden obtener de las matemáticas.
De la vida cotidiana a las matemáticas
Una de las estrategias más sencillas para lograr introducir en los niños los conceptos básicos de matemáticas es trasladar sus conocimientos de la vida real hacia lo que implica esta área de aprendizaje. Por ejemplo, aprender a contar sus carritos, sumar la cantidad de frutas que hay en una cesta, decir su edad, aprender las figuras geométricas relacionándolas con objetos de su entorno, entre otros.
Para cuando son más grandes, estos conocimientos se pueden complementar con otras áreas de estudio, como el lenguaje. Por ejemplo, uno de los temas que se estudian con frecuencia son los signos de puntuación (la coma, el punto, los signos de interrogación, etc.), y en matemáticas también tenemos signos que sirven para sumar, restar, multiplicar o dividir.
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La idea aquí es encontrar una ruta que al niño le sea fácilmente asimilable de acuerdo con su edad y que le permita interiorizar los conceptos y los procedimientos, más allá de ejecutar las acciones de forma mecánica. Es necesario recordar que una buena parte de los temas básicos de matemáticas son útiles para la vida diaria, por lo que hay que dominarlos como algo natural.
Estrategias más especializadas
Ahora bien, además de usar las herramientas del entorno, también existen técnicas que utilizan otro tipo de conocimientos para hacer de esta gestión un proceso más entretenido. Por ejemplo, algunos profesores enseñan matemáticas hasta rapeando.
El enfoque está en aprovechar una habilidad que se tenga, como en este caso puede ser cantar rap, para atraer la atención de los estudiantes, y al mismo tiempo lograr que aprendan conceptos de una forma que apenas les exigirá esfuerzo. Este es un método que por lo menos un profesor en Estados Unidos ha aplicado y le ha dado resultados muy positivos con sus estudiantes.
Lo mejor es que es una técnica tan innovadora que incluso puede funcionar con estudiantes mayores, a los que no se les hace tan atractivo la materia y así se pueden entender conceptos que tienden a resultar más abstractos y que, de modo general, suelen costar un poco más de trabajo aprenderlos, como sucede en el caso de la trigonometría.
Otras estrategias especializadas incluyen:
- Elaboración de juegos de mesa, como un bingo de operaciones matemáticas.
- Diseño de juegos enigmáticos, con tarjetas y actividades que sean divertidas, y que a su vez, incluyan algo de matemáticas. Por ejemplo, buscar en una habitación, 7 calcetines de color rojo.
Las oportunidades para innovar aquí son muchas, y ante el impacto que están teniendo hoy en día los aparatos tecnológicos en niños y adolescentes, los profesores y padres se ven cada vez más desafiados en favor de obtener métodos que les permitan ayudarles a avanzar con su aprendizaje y lograr resultados más prometedores para el futuro.