Cómo enfrentar cambios radicales en nuestra vida
De repente, la comodidad de lo conocido y lo que teníamos, ya no está. Se nos presenta otra realidad, un cambio rotundo en nuestra vida que costará mucho sobrellevar.
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Consejos para enfrentar grandes cambios en la vida.
Anticiparse a los cambios
Hay situaciones de vida que, de súbito, se posan en nuestro existir para instalarse allí, cambiando la realidad de manera definitiva. Se trata de cambios radicales, bruscos y profundos, que debemos saber enfrentar, para no dejarnos desalentar por su presencia, y para no permitir que tomen el control sobre nuestro día a día.
Ideas para enfrentar grandes cambios en la vida
- Hay sucesos a los que podemos anticiparnos, creando planes alternativos para actuar "en caso de". Si tenemos un trabajo bien establecido, podemos planificar, quizás sutilmente, qué haríamos si, de pronto, ya no contáramos con él. Así creamos cuentas de ahorro, planes de inversiones y tantas otras actividades que minimizarían el riesgo subyacente ante la potencial pérdida de este puesto laboral.
- La ausencia de los seres queridos es también un factor que podemos tener en consideración, como una potencial realidad completamente indeseada. Al igual que lo hacemos con el trabajo y con los miembros de la oficina, debemos anticiparnos a la falta física de una persona querida, ya sea por su deceso, o también por una ausencia temporal, un viaje, una mudanza, o el motivo que fuera. De este modo, llegada su ausencia (si llegara) no estaremos tan desprevenidos ante las circunstancias.
- La prevención, la planificación, y el conocimiento de tales situaciones como "posibles" nos ayudará a seguir nuestra vida, sin dejarnos vencer de súbito por tales devastadoras o complicadas novedades. Para ello, hay algunas técnicas referidas a lo espiritual y a lo mental que podemos tener en cuenta, para ir entrenando de a poco, adquiriendo sabiduría en el proceso.
- Cuando un cambio súbito y profundo ha llegado a nuestra vida, entonces, debemos hacer lo posible por liberar la mente y poder así pensar en frío, o al menos no actuar de súbito, para no terminar empeorando las cosas. Debemos simplificar las situaciones, y desglosar aquellas que se presentan de por sí complicadas. Iremos, entonces, atacando un problema a la vez, con tiempo, calma, y sabiduría anterior y aprendida sobre la marcha.
- En situaciones de rigor, se dice, es cuando se prueban las relaciones, en especial las afectivas. Debemos saber buscar el apoyo necesario, o brindar la compañía y la asistencia que sepamos dar. En lo posible, durante estos momentos críticos procuraremos vincularnos con personas que llevemos en el corazón, y no con gente nueva y desconocida, ya que nuestro juicio (en particular, el afectivo) no estará preparado para enfrentarse a un cambio más.
- Podemos tomar cada situación de cambio como una posibilidad de renovación. Si la estructura de vida que has construido acaba de caerse, o de perder su estabilidad, procura repararla definitivamente, en lugar de comenzar a construir una estructura completamente diferente. No te dejes sumir en supuestos y en deseos: hay una realidad frente tuyo, no debes sino enfrentarla.
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