Cómo Instalar una Lámpara Halógena

La parte negativa es que dan una gran cantidad de calor, lo cual puede ser problemático en especial en zonas cálidas. Por otra parte, también consumen una mayor cantidad de energía en comparación con las habituales bombillas de bajo consumo.

La decisión de elegir por un tipo u otro de iluminación se basa fundamentalmente en los gustos personales y en el uso que se les vaya a dar. Si hablamos de una pequeña habitación, quizás no sea lo más adecuado, pero en caso de zonas amplias que requieren de una gran iluminación, sin duda es el mejor sistema de alumbrado y el que ocupa una menor cantidad de espacio.

Techos aptos para instalar un foco halógeno

Lo primero que deberemos tener en cuenta antes de colocar una lámpara halógena es el tipo de techo que tenemos. Actualmente, lo más habitual es instalar falsos techos con escayola, que permiten una sencilla instalación de este tipo de alumbrado. Incluso muchas casas antiguas disponen de un falso techo que nos permite realizar la instalación.

"Las bombillas halógenas tienen una gran durabilidad, además de que su precio es bastante reducido en comparación con otras bombillas."

Durante los años setenta y ochenta, e incluso en parte de los noventa, se acostumbraba a construir sin falso techo de escayola, por lo que la instalación de este tipo de alumbrado resulta complicada, salvo si se utiliza algún tipo de lámpara que lo permita.

No obstante, una de las cosas que se busca a la hora de instalar los halógenos es evitar las lámparas tradicionales, por lo que si seguimos esta máxima, al no contar con falso techo, podemos desechar la idea.

Cómo instalar una lámpara halógena

La estructura fundamental de este tipo de alumbrado se basa en la lámpara (bombilla) conectada a un transformador y este, a su vez, conectado a la corriente eléctrica.

En primer lugar tenemos que planificar la distribución más adecuada para los focos, dependiendo de las características que nos facilite el fabricante. La distancia mínima entre ellos tiene que ser de un metro, así como la distancia de cada uno a la pared, nunca debe ser inferior al medio metro.

Una vez realizada la distribución, pasamos a marcar los focos en la escayola. Para recortar este trozo de escayola, la forma más adecuada es ir realizando varios taladros a lo largo del arco de la circunferencia, de forma que debilitemos la pieza que queremos desprender. Poco a poco vamos aumentando el número de agujeros hasta que la pieza se suelte. No es recomendable dar golpes, ya que, si bien la escayola está sujeta fuertemente, también existe la posibilidad de que al golpearla se produzcan rajas que debilitan el conjunto, además de que resultan antiestéticas.
Si disponemos de una broca de corona, mucho mejor, ya que el corte será limpio.

Luego, no tenemos más que conectar los cables del falso techo al transformador, y éste, ayudados por otros cables, al foco. Hace falta decir que el transformador irá oculto sobre el falso techo de escayola, y lo fijaremos en la medida de lo posible para evitar desplazamientos. Podemos ayudarnos por un poco de cinta aislante, además de colocar un pequeño trozo de corcho justo debajo con el fin de evitar que esté en contacto directo con la escayola, evitando, entre otros, suciedad y ruidos que se puedan producir y transmitir a través de la escayola hacia el interior de la habitación.

De cada transformador saldrán los cables que se dirigirán a las tomas de cada foco halógeno. No olvides nunca conectar la toma de tierra para evitar accidentes.

Antes de finalizar, siempre es recomendable que los cables vayan protegidos por un tubo corrugado, de forma que se evitarán fallas en el futuro. Si no disponemos de toma eléctrica en la zona que queremos instalar las lámparas, podemos ir sacándolas de las cajas de registro más cercanas.