¿Qué son las Líneas Hartman?

Las líneas Hartmann pueden ser lo que explique todos estos y más fenómenos. Verás, en el mundo hay constantes flujos de energías naturales que encuentran la manera de agruparse y “viajar” en conjunto, así como las aguas del mar conformando sus corrientes. Son energías invisibles, que hasta hace poco tiempo sólo tenían interés para los estudiosos de lo paranormal, geólogos y sismólogos, entre otros, pero en estos tiempos también son observadas por arquitectos, instaladores técnicos y hasta decoradores de interiores, con el fin de dar mayor bienestar y seguridad a una vivienda.

La red del Doctor Ernst Hartmann

Esta red recibe su nombre por el doctor Ernst Hartmann, médico alemán, que fue el precursor del estudio de la relación entre la radiación telúrica y las enfermedades humanas. Sus análisis incluyeron las influencias de la biología y el clima en los seres vivos (a nivel endocrino, hormonal e inmunológas eico), en lo que dio a llamar “estudios de Geobiología”.

"Las líneas Hartmann son una red en forma de cuadrícula, que demarca “líneas” o corrientes de energías naturales que responden a los campos magnéticos de la Tierra."

Las líneas Hartmann son una red en forma de cuadrícula, que demarca “líneas” o corrientes de energías naturales que responden a los campos magnéticos de la Tierra. Las energías que fluyen en estas guías son las telúrica, procedentes del núcleo del planeta, y las cósmicas, procedentes del cosmos que se reflejan en la superficie terrestre.

Numerosos estudios sugieren que la red Hartmann se extiende un poco más debajo de la superficie terrestre y hasta la ionósfera. Además del comportamiento natural de las energías, éstas también modifican su fluctuación e intensidad según las alteraciones geofísicas (incluyendo aguas subterráneas, masas metálicas u otras), y los campos y la contaminación electromagnética, por lo que en estos tiempos en los que estamos rodeados de tecnologías emisoras de ondas de todo tipo, las líneas podrían potenciarse y hasta resultar nocivas en ciertos ambientes.

Estas guías energéticas se hallan presentes en cualquier vivienda o construcción, en cada nivel y en cada espacio, y normalmente se conforman de líneas de aproximadamente 21 centímetros de ancho que se disponen con orientación Norte-Sur cada 2-2.5 metros de superficie, de polaridad negativa y naturaleza magnética, y en líneas con orientación Este-Oeste cada 2-2.5 metros, de polaridad positiva y naturaleza eléctrica, aunque estas distancias podrían variar en cada caso, así como la intensidad fluctúa a lo largo del día.

En estos recorridos las energías pueden intensificarse, lo que resulta de interés para la construcción y la ambientación, mientras que en los puntos en los que las líneas de diferentes orientaciones se encuentran, las energías pueden verse intensificadas, pueden ser contrapuestas o responder a diferentes campos electromagnéticos, y con ello estos puntos pueden ser conflictivos, siendo poco convenientes para colocar instalaciones eléctricas, fuentes de calor o fuegos vivos, ductos de gas, cañerías de agua u otros.

En lo social-personal, estos puntos no son los convenientes para las actividades de relajación (como Yoga, ejercicios físicos, meditación) y, conociendo su ubicación, se debe evitar colocar allí la cabecera de la cama o el escritorio de trabajo.

¿Cómo nos afectan?

Además de propiciar impactos a nivel energético, hay un número creciente de análisis científicos que relacionan el flujo de las líneas Hartmann con ciertas afecciones a la salud, explicadas mediante la conformación de zonas geopatógenas, lo que significa que tienen impactos nocivos para nuestra salud y bienestar (especialmente en los puntos de convergencia de la cuadrícula).

Los estudios indican que permanecer en las líneas Hartmann, y en especial en los puntos de convergencia por varias horas simultáneas, potencian malestares y trastornos, por ejemplo en el sueño, nerviosismo, fatiga crónica, dolores musculares, ansiedad, hiperactividad, depresión y hasta enfermedades degenerativas.