Cómo Consumir Arándanos

Arándanos frescos

Si eliges consumir los arándanos frescos (y deberías, pues es la mejor alternativa) asegúrate de que sean recién recogidos si vives en una zona donde se los cultive. Si vas a comprarlos frescos en una zona sin cultivos, mira con atención su piel: si notas una leve capa blanquecina, es indicador de que las frutas han sido congeladas para transporte. Asegúrate de que las bayas estén firmes y de color brillante.

Ni bien llegues a casa, enjuaga los arándanos frescos con suficiente agua segura, colocándolos dentro de un bol y moviéndolos con los dedos en cada lavado. Luego escurre, retirando la mayor cantidad de líquido posible, y finalmente consérvalos en la nevera en un plato descubierto. Retíralos del frigorífico una hora antes de comer, pues se aprecian mejor cuando están a temperatura de ambiente. Si no vas a consumirlos en los próximos dos a tres días, puedes congelarlos en un contenedor de cierre hermético.

"Si no vas a consumir los arándanos frescos en los próximos dos a tres días, puedes congelarlos en un contenedor de cierre hermético."

Arándanos congelados

Ya sea que vivas en una zona de cultivo o no, los arándanos congelados suelen tener casi las mismas propiedades que los frescos, pues hay muy poco tiempo de espera entre la recolección desde la planta y el proceso de súper-congelado (mucho más corto que el de hacerlo en la nevera de tu casa). Para comerlos y aprovechar sus propiedades, déjalos descongelar en la porción justa dentro del refrigerador, una a dos horas antes.

Arándanos en compota y cocidos

Comer arándanos en compota y cocinados por cualquier medio, si bien es muy sabroso, es el método de consumo menos recomendado si lo que buscas es salud y belleza para tu cuerpo. El calor de la cocción detiene y elimina muchos de sus aportes. Si quieres preparar mermelada o compota de arándanos en casa usa los enlatados, evitando el alto costo de los frescos, pues no habrá demasiada diferencia en su aporte nutricional (bajo en los cocidos y también en los enlatados, pero ambos repletos de sabor).

Otras formas de consumir arándanos

Si vives en una zona de mucho sol puedes secar arándanos, colocándolos sobre una rejilla adecuada (o sobre papel blanco) y dejándolos a la sombra en un día muy caluroso. Otra opción es usar un deshidratador de alimentos, para crear chips crocantes para tus ensaladas y yogures.

Comer arándanos secos es un buen método para prevenir y aliviar las diarreas, y también se conservan mejor muchas de sus propiedades beneficiosas, en especial utilizando el deshidratador electrónico, más veloz en su procedimiento.

Por otro lado, si notas que tus arándanos frescos ya se están pasando (se arrugan, forman jugo y pierden el brillo en la piel), aprovéchalos para hacer mermeladas o jugo saludable, usando una juguera común. Esta variante conserva la enorme mayoría de sus propiedades, y puedes mezclarlo con otros sabores para lograr comidas completas dentro de un mismo vaso.