Cómo cobrar por tu trabajo sin pudor
¿Te cuesta cobrar por tu trabajo?. ¿Te pones nervioso cuando llega el momento de decir precios y acabas regalándolo?. Es algo muy frecuente, pero si quieres tener un negocio tendrás que cobrar por tus servicios, y eso también es parte del trabajo.
Cómo evitar sentir pudor al cobrar un trabajo
El tema precios, dinero y cobrar despierta varias emociones no precisamente buenas para mucha gente, y es uno de los obstáculos más frecuentes entre emprendedores, sobre todo al principio (y a veces hasta cuando ya tienes años de experiencia). Es normal, es algo a lo que a lo mejor no estás acostumbrado, que te causa inseguridad o que saca todo tipo de creencias mentales que estaban por ahí escondidas. Sin embargo, es imprescindible que controles o cambies esas creencias limitantes y le pierdas el miedo, o no podrás continuar con tu negocio.
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Si quieres un negocio y quieres vivir (bien) de él, tienes que vender lo que ofreces. Punto. El problema es lo que asocias con vender: manipular, engañar, ser pesado, y lo que se esconde debajo; no gustar, que te critiquen, que se rían de ti, etc. A lo que hay que añadir el asociar el precio de lo que vendes con tu valor personal, ¡Error!. No hay precio que pueda pagar lo que tu vales y eso lo tienes que tener claro desde ya.
3 claves para valorar tu trabajo a la hora de cobrar
Vender es ayudar: Como lo oyes, no es presionar, ni agobiar, ni engañar. Es ayudar, porque le ofreces a alguien lo que está buscando, ni más ni menos. Si tienes un dolor de espalda tremendo y un fisioterapeuta te ofrece sus servicios, ¿qué esta haciendo?. ¡Ayudándote!. Ofreciéndote algo que necesitas y quieres, y es independiente de que decidas contratarle o no, eso ya depende de ti, pero él te está ayudando.
Si tu no tienes clientes en tu negocio y alguien te ofrece trabajar con él y compartir estrategias para conseguirlo, ¿qué está haciendo? ¡Ayudándote!. Y de ti dependerá aceptar la ayuda o no.
"Vender es ayudar, porque le ofreces a alguien lo que está buscando, ni más ni menos."
Pues exactamente lo mismo pasa en tu caso. Si tienes algo que la gente quiere, que es útil, que soluciona un problema, que es precioso, al ofrecerlo estás simplemente ayudando. Esto lo tienes claro cuando te encanta lo que haces y ves su valor, entonces es cuando lo enseñas con seguridad y entusiasmo.
En los negocios, ayudar no tiene que ser gratis: Que no te engañen y no te engañes a ti mismo, puedes ayudar gratis si quieres pero no tienes por qué hacerlo, o no tienes por qué hacerlo solo gratis (y menos si tienes un negocio). Si tienes que elegir entre ayudar gratis y que tu hijo coma, lo tendrás clarísimo.
Lo que haces tiene mucho valor: Es muy fácil subestimar lo que ofreces y seguro piensas que nadie va a pagar por eso, pero no es así; lo que haces tiene mucho valor y tienes que ser consciente de eso. Porque como dijimos, cuando de verdad crees que lo que ofreces es ayuda, cuando te encanta lo que haces, no sientes que estás vendiendo, transmites el entusiasmo.
A veces es difícil ser consciente del valor de lo que ofreces y necesitas ayuda externa para verlo, como los testimonios y cartas de tus clientes o lectores. Si todavía no tienes testimonios o cartas de apoyo, lo que puedes hacer es escribir cómo ayuda lo que ofreces a tus clientes, en 5 áreas: espiritualmente, salud, familia, dinero y futuro. Haz una lista y tenla presente para que dejes de subestimar lo que vendes.
¿Te paras a pensar si vas a pagar al fontanero, a tu dentista, a tu peluquera o el refrigerador que compraste ayer?. A que no. Ellos te ofrecen un servicio y tu lo pagas y punto, es un intercambio de valor. Y es exactamente lo mismo que en tu caso. Solo depende de ti.
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Ventajas de no atreverte a cobrar por tu trabajo
Está claro que no atreverte a cobrar tiene unas desventajas clarísimas que no hace falta ni mencionar: no tienes dinero, te agobias, no te centras en lo que debes, das mala imagen profesional, etc. Pero el problema es que también tiene ventajas; sí, has oído bien, ventajas, y por eso sigues haciéndolo. Algunas son:
- No salir de tu zona de confort, porque mira que cuesta pedir dinero y ni hablar cuando tus precios son altos...
- Gustarle a la gente, "mira qué maja y que buena esta chica que no me cobra nada..."
- Evitar críticas, "pero como vas a cobrar por eso, pues fulanita lo hace más barato, pero si somos amigas...".
Son ventajas potentes, te toca a ti sopesar pros y contras y decidir, porque todo es cuestión de decidir, ¿quieres vivir de tu negocio o quieres que siga siendo una afición (y además, cara)?
Esta claro que da mucho miedo y al principio estarás temblando. Desde luego, te encontrarás con críticas, ¿y qué?. Eso es que estás haciendo algo bien, por lo menos podrás vivir de tu negocio, valorar lo que haces y, sobre todo, ayudar a personas que de verdad valoran lo que ofreces y lo importante que es invertir en uno mismo a través de otros.
¿Te queda alguna otra opción? En realidad sí, contratar a alguien que venda por ti. Esas son las tres opciones: aprender a hacerlo tú, contratar a alguien que lo haga por ti u olvidarte de tener un negocio.
Así que ponte manos a la obra, déjate de excusas, comprométete contigo mismo y con tu negocio y al siguiente que te pida eso que haces tan bien, le cobras lo que corresponde.
"Es muy fácil subestimar lo que ofreces y seguro piensas que nadie va a pagar por eso, pero no es así; lo que haces tiene mucho valor."
La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera. Si buscas claridad, motivación, acción y resultados, recibe su boletín gratis en www.aidabaida.com