Cómo ayudar a nuestro hijo a adaptarse al jardín maternal o guardería
La integración del niño al jardín debe ser despacio, gradual, respetando los tiempos y brindándoles todo el apoyo que necesiten.
© Depositphotos.com/SergiyN
Adaptación en los jardines para niños
El iniciar un jardín maternal o jardín de infantes es algo muy importante para el niño, ya que es el comienzo de su socialización fuera del círculo familiar. Y es fundamental que los padres acompañen durante toda esta etapa con mucha paciencia y amor.
También te puede interesar...
Qué hacer para ayudar a tu hijo a ganar confianza en si mismo
Durante la adaptación del niño al jardín o guardería nos encontraremos con muchos sentimientos, tanto del lado de los padres como de los niños: miedos, ansiedades, dudas, y también alegrías y sonrisas.
El principal temor de los niños es separarse de su familia y que no lo vuelvan a buscar y por consiguiente no volverlos a ver. Por eso es muy importante estar seguros de lo que estamos haciendo, para poder transmitir esa seguridad al niño.
Consejos para ayudar a la adaptacion en jardines de infantes
Lo mejor es hacerse de un tiempo y organizar las actividades para poder acompañar al niño durante todo este proceso, no es conveniente que durante la adaptación lo lleven o lo retiren personas que no son del círculo cercano al niño.
"El iniciar un jardín maternal o jardín de infantes es algo muy importante para el niño, ya que es el comienzo de su socialización fuera del círculo familiar."
No hay una forma única en que la adaptación resulte eficaz, cada niño es diferente, por lo que cada adaptación también lo es.
Lo que si hay son pautas generales que podemos cumplir para ayudar a nuestro hijo a transitar este nuevo camino en su vida.
Antes de dejarlo por primera vez, es conveniente ir con el niño con anterioridad al jardín, presentarle a su maestra, compañeros, y todas las instalaciones, haciendo hincapié en todas las actividades que podrá llevar a cabo en ese lugar y por supuesto, hacer que el se presente con su nombre.
Comience llevando al niño solo unas horas, para ir aumentando el tiempo poco a poco, y es mejor llevarlo todos los días en lugar de hacerlo día de por medio.
Si el jardín lo permite, dejar que el niño lleve un muñeco, juguete u objeto que lo mantenga “unido” a su familia.
Hay instituciones que en los primeros días de adaptación los padres se quedan con el niño. En este caso, no hay que tomar una actitud pasiva, sino incorporarse a las actividades de la sala junto al niño, con el correr de los días, el tiempo en que los padres se van quedando en la salita se va acortando, hasta que los niños se quedan solitos.
También te puede interesar...
¿Qué hacer si nuestro hijo o hija presenta pubertad precoz?
Despídase del niño en la vereda con un beso y no haciendo largas charlas en la puerta del establecimiento. Ellos necesitan sentir que Ud. está segura de lo que está haciendo.
Prométale ir o hacer alguna actividad que le guste cuando lo vaya a buscar y cumpla!!! El niño así sentirá que le dicen la verdad.
Pídale que le cuente que es lo que ha hecho y préstele atención, así sabrá que se interesa por lo que hace cuando están separados.
Hable con la docente, participe de actividades si el establecimiento las realiza.
Averigüe como son los momentos y las canciones que cantan, para que pueda hacerlo luego en casa con el niño.
No lo saque apresuradamente del hogar para llevarlo al jardín, trate de organizarse y hacer las cosas con tiempo y de forma tranquila, para no provocar ansiedad o nerviosismo que no ayudará al niño.
Cumpla con las pautas de la maestra, ellas saben como ayudar a su hijo en la adaptación.
Trate de estar en contacto con la docente y si le solicita algún tipo de material o recurso para una actividad diferente, no olvide enviarlo o su niño se sentirá “diferente” al no contar con lo que necesitaba para trabajar.
No hay que desestimar la aparición de algunos dolorcitos de panza o pequeñas fiebres causadas por la misma ansiedad y nervios que tenga el niño. También puede ocurrir que vaya los primeros días contento y luego comience a llorar y a no querer asistir. Estos síntomas desaparecerán a medida que el niño se sienta más tranquilo y comience a ir con mayor seguridad y alegría al jardín.
Las maestras están para ayudarlos, ante cualquier duda o consulta, no duden en conversar con ellas, ya sea personalmente o a través de una sencilla nota. La maestra tomará esta iniciativa como padres amorosos que se preocupan por el bienestar de su hijo.