Cómo ayudar a los demás para sentirnos mejor
Si procuramos el bien en los demás, tendremos una recompensa por ese esfuerzo, obtener también nuestro propio bienestar.
Ideas para sentirnos mejor
Si estás buscando tu felicidad y bienestar, seguramente habrás notado cuánta gente a nuestro alrededor no está en su mejor estado de ánimo. Y es que la búsqueda de la felicidad es una tarea individual, pero es también un esfuerzo compartido.
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Cuando queremos sentirnos bien, seguramente vamos a un sitio alegre y entretenido. Si buscas reír, es más probable que vayas a una sala de teatro o al cine a ver una película cómica, y que no vayas al banco o a un cementerio. Del mismo modo, puedes elegir el ámbito en el que te desempeñes, ya sea modificándolo por completo o haciendo pequeños cambios.
"Traer alegría a tu vida ciertamente mejorará la sensación que tengas en el trabajo y te sentirás mejor. Y lo mejor de todo, es que motivará a tus colegas a hacer lo mismo."
Cómo ayudar a los demás para sentirnos mejor
- Si no te gusta el lugar donde trabajas, ya sea porque es una oficina sombría y lúgubre, prueba con cambiar la iluminación. Elige una cálida y alegre, brillante y adecuada. Abre la ventana para dejar que entre el sol. Coloca una pequeña planta en tu escritorio y, de no poder hacerlo, al menos coloca una artificial, llena de flores y colores.
- Pero claro, si no es el sitio sino la actividad lo que te impulsa a la desmotivación, prueba con cambiar de empleo. Sin embargo, antes de tomar una decisión radical, haz estos pequeños cambios. Traer alegría a tu vida ciertamente mejorará la sensación que tengas en el trabajo. Y lo mejor de todo, es que motivará a tus colegas a hacer lo mismo.
- Cuando todos se hayan contagiado de este bienestar, verás que el ambiente es tanto mejor. Y es entonces cuando puedes dar el batacazo final: si procuras la felicidad de los demás, lograrás lo mismo contigo.
- Ayuda a quien lo necesite. Esto será de enorme valor para esa otra persona, y también para ti. El egoísmo no sirve, y menos en espacios confinados. Tampoco debes transformarte en santo si no es lo que deseas, pero dar una mano sincera hace bien para el alma.
- Si tu amigo necesita una mano para mudarse de casa, pues ofrécele tu ayuda. Si no tienes fuerza, seguramente apreciará a alguien que se encargue de la logística. Si tu compañero de trabajo ha sufrido un accidente en su mano, seguramente agradecerá que le ayudes con las tareas manuales.
- Si tu compañero de estudios ha enfermado, estará complacido de que le lleves las tareas y apuntes del día. Una mano lava a la otra, y cuando tú necesites ayuda, verás cómo tus esfuerzos son recompensados. Habrás hecho tu parte para hacer de este, un mundo mejor.