Segundas marcas: el precio adecuado para tus finanzas
Las segundas marcas son una buena opción cuando lo que importa es el presupuesto, sin perder calidad. Analicemos estas ofertas y si son confiables o no.
Las segundas marcas son productos creados por las grandes empresas para atrapar a nichos o grupos de clientes de otro nivel adquisitivo
Ahorrando con segundas marcas
Si piensas en refrescos de cola, hay una marca que viene a tu mente. Sales a buscar un jean y vas a la tienda que tiene esa que todos usan. ¿Buscas un televisor?. Seguramente te inclinas más por el modelo que tantos avisos publicitarios emite… las primeras marcas poseen un posicionamiento indiscutido en nuestras mentes, son más comunicadas, pero también son mucho más costosas, pues necesitan cubrir toda esta comunicación que hacen y también sacar provecho de su popularidad.
También te puede interesar...
Ahorra aprovechando las segundas marcas
Segundas marcas
Toda primera marca alguna vez comenzó desde abajo. Incluso puede que haya sido una de segunda línea, menos popular y con muchísima menos comunicación, que con el tiempo (y ofreciendo productos de buena calidad) se convirtió en una de las favoritas. Esta popularidad y la memorización de su nombre (lo que define su “posicionamiento”, es decir, el lugar en la escala de marcas que llevas en tu mente) hacen que estos productos sean los más elegidos, los que se incluyen en las modas y tendencias, pero también que lleven un sobreprecio a veces exagerado.
Las segundas marcas son mucho más económicas, y muy a menudo tienen la misma calidad que las más conocidas. Poseen igual tecnología, usan los mismos materiales, y se trata de productos igualmente confiables y provechosos. ¿Por qué son más económicos?. Pues porque a menudo se trata de entidades menores, con costos de mantenimiento más bajos, y con menos publicidad, ergo, con menos costo por contacto, que es el precio que la empresa tiene por la producción del bien y su acercamiento al consumidor real.
¿Se puede confiar en las segundas y las blancas?
¡Claro que sí! Sólo necesitas probarlas y analizar su calidad, si cumplen bien su función, si te satisfacen como lo harían las más conocidad. Todas las grandes marcas tienen sus líneas de segundas marcas, y hasta terceras, que son productos de la misma alta calidad, pero menos comunicadas y con menores costos de producción, que se ofrecen al mercado para atrapar a nichos o grupos de clientes de otro nivel adquisitivo. Tal es el caso de la marca Sensei, fabricada por Sanyo, Aiwa (de Sony), Admiral (de Phillips), y muchísimas más.
"Todas las grandes marcas tienen sus líneas de segundas marcas, con productos de la misma alta calidad pero menos comunicadas y con menores costos de producción."
Recuerda que si a un jean Levi’s le quitas su etiqueta sigue siendo un pantalón. Si lo que quieres es hacer alarde de las marcas comerciales que usas, vistes y comes, entonces seguro que pagarás de más, pero si lo que te interesa es adquirir un buen producto por un precio justo, dale la oportunidad a las segundas marcas y a las blancas, que son las propias de las tiendas, como lo es Great Value en la cadena Walmart, Aro en la cadena Makro, Tex y Top Home para Carrefour, etc., o los productos “sin marca” o “genéricos” de todo tipo de rubros, como el combustible de primera calidad que se vende a menores precios en las estaciones de abastecimiento definidas como “sin bandera”.
Pon a prueba los productos, y define qué es lo que más te conviene más allá de la etiqueta que luzca. Podrás ahorrar muchísimo, conocer a tu nuevo favorito, ¡y disfrutar igual!