Cómo ahorrar energía con los 2 grados de ahorro
Este truco se basa en adaptar el termostato de tus sistemas de climatización en dos grados de diferencia, mayor o menor de acuerdo al clima exterior. Veamos de qué se trata.
Si normalmente mantienes tus ambientes en 26°C, configura para que se mantengan a 24°C en la época invernal
Dos grados de temperatura para el ahorro
A veces son las acciones más pequeñas las que representan enormes cambios en nuestras vidas. Y en el ahorro esto es un concepto cave. No se trata de guardar miles de billetes una vez, sino de conservar uno miles de veces lo que potenciará tus ahorros, te dará tranquilidad financiera, y no provocará cambios en tu confort ni en tu estilo de vida.
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La técnica que queremos proponerte hoy es un claro ejemplo de cómo “poco hace mucho”. Se trata de un ahorro en los gastos de climatización de tu hogar (ya sea eléctrico y a gas también), tanto en el aire acondicionado como en cualquier otro sistema que utilices para refrigerar y para dar calor a tus ambientes, siempre que pueda regularse mediante un termostato. Te presentamos los dos grados de ahorro.
¿Qué significa “dos grados de ahorro”?
Es una técnica muy simple, a la vez que efectiva. Se trata de adaptar el termostato de tus sistemas de climatización en dos grados: hacia arriba cuando se trate de enfriar, y hacia abajo cuando se trate de calentar. Dos grados (hablando de grados centígrados) no harán una diferencia en la manera en la que experimentes tus espacios, de hecho es probable que ni siquiera notes cambio alguno. Por eso nos parece una técnica mucho más que adecuada, y totalmente funcional.
"Este truco de ahorro se basa en adaptar el termostato de los sistemas de climatización en dos grados: hacia arriba cuando se trate de enfriar, y hacia abajo cuando se trate de calentar."
Regula el termostato o el panel de tu sistema de calefacción dos grados más debajo de lo que está generalmente. Es decir, si normalmente mantienes tus ambientes en 26°C, configura para que se mantengan a 24°C en la época invernal. Recuerda apagar el sistema cuando los días comiencen a estar cálidos, para dar tiempo suficiente a los espacios a aclimatarse con la estación y, al mismo tiempo, reducir los gastos.
En el aire acondicionado, también aplica la regla de los dos grados, esta vez “hacia arriba”. Vale decir: si mantienes tus ambientes a 20°C, regúlalos para que estén a 22°C. Créenos: no notarás la diferencia, pero darás un gran descanso a la maquinaria, y reducirás mucho el monto de la factura de electricidad.
Nota: Para la escala de grados Fahrenheit, establece la diferencia en 35°F: más alto en el verano, más bajo en el invierno.
Consideraciones complementarias
Además de modificar los termostatos en estos 2 grados de diferencia, que te permitirán un ahorro mucho mayor del que supones, recuerda aplicar los demás consejos de optimización del uso de los recursos. En invierno y en verano, ventila tus ambientes a primera hora de la mañana para no dejar entrar la temperatura exterior, sea fría o cálida. Mantén los ambientes desocupados cerrados, y utiliza las barreras térmicas más adecuadas para tu hogar: cortinas, persianas, alfombras y sistemas constructivos adecuados para tu zona de residencia. Estos detalles te ayudarán a ahorrar fortunas en climatización.
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"Para la escala de grados Fahrenheit, establece la diferencia en 35°F: más alto en el verano, más bajo en el invierno."
Finalmente, recuerda aplicar mucho de tu sentido común. Seguro que en pleno invierno quisiéramos andar por nuestro hogar como si fuese verano, pero esto no sólo supone un enorme costo, sino que hasta puede afectar tu salud cuando te expongas a los enormes cambios de clima al salir de casa. Lo mejor es mantener los ambientes templados y vestir de acuerdo a la estación del año, para tener confort en el hogar, y no poner nuestra salud (ni nuestros ahorros) en riesgo alguno.