Salud
Cómo actuar cuando los niños sangran

Cómo actuar cuando los niños sangran

Los niños, en su constante investigación y falta de conciencia ante el peligro, son muy propensos a golpearse y lastimarse, provocando heridas y sangrado. Lo más importante es mantener la serenidad.

80% me gusta (5 votos) 03/11/10 por Staff de CHP

© Depositphotos.com/anatols

Lastimaduras en los niños

Es muy común que los niños se golpeen y se provoquen cortes y rapaduras, generando la pérdida de un poco de sangre. En ese momento, hay que tener en cuenta que el niño sentirá dolor y se asustará, por lo que es imprescindible mantener la calma si no deseamos agrandar el cuadro.

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La gran parte de las heridas que se provocan los niños no son demasiado grandes, suelen ser raspones y algunos pequeños cortes, que son los que provocan el sangrado. Cuando esto sucede, lo ideal es no hacer grandes manifestaciones, ya que es suficiente con el susto y dolor que siente el niño.

Qué hacer cuando los niños se lastiman

Pequeñas heridas. En el caso de pequeñas heridas, lo primero que hay que hacer es lavarla con agua fría de la canilla o de alguna botella, y presionar con un paño limpio unos minutos. Seguramente dejará de sangrar. Luego, debido a que una herida es una puerta abierta a los gérmenes, debemos colocar un antiséptico (sin alcohol), cubrirla con un apósito, retirarlo y dejarla secar al aire. No se recomienda dejar el apósito por más de un día, ya que no dejan respirar a la piel y demoran el proceso natural de cicatrización.

"La gran parte de las heridas que se provocan los niños no son demasiado grandes, suelen ser raspones y algunos pequeños cortes, que son los que provocan el sangrado."

Hemorragia nasal. Si al niño comienza a sangrarle la nariz, ya sea por acción de un golpe, un resfriado o por meterse los dedos o algún objeto dentro de la misma, hay que sentar al pequeño, colocar su cabeza hacia delante, y apretar el tabique con el pulgar y el índice por unos 10 o 15 minutos, para tapar sus fosas nasales. La sangre cesará, debido a que ya se habrá formado un coágulo.

Si aún continúa sangrando luego de este tiempo, colocar una gasa o un algodón embebido en agua oxigenada, y presionar nuevamente el tabique durante unos 10 minutos.

Si aún realizando estas dos maniobras continúa sangrando, se recomienda llevarlo al servicio de emergencia mas cercano.

En la mayoría de los casos, la hemorragia nasal se detiene luego de unos pocos minutos y no es necesario acudir al médico, pero si la misma ocurre con mucha frecuencia y sin causa aparente, es necesario consultar con un profesional.

Con respecto a la costumbre de tirar al cabeza hacia atrás para que le hemorragia nasal cese, no es lo correcto, ya que la hemorragia no para, sino que la sangre comienza a escurrir por la garganta y el niño comienza a tragarla, lo que en algunos casos puede provocar vómitos.

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Debemos acudir al médico en el caso de que la sangre tenga la apariencia de un líquido claro y que aparezca luego de un golpe en la cabeza y no en la nariz, si se ha introducido un objeto y no se puede retirar manualmente, o si hay posibilidades de que haya fractura del tabique nasal.

Hemorragia en el oído. La sangre que sale del oído suele ser consecuencia de la introducción de algún tipo de objeto dentro del mismo o alguna costra arrancada, su cantidad suele ser poca, y no reviste de mayor importancia. Pero en el caso de que haya habido un golpe en la cabeza y sangre el oído, hay que prestar atención, ya que se puede deber a una fractura de cráneo. Si este fuera el caso, no hay que detener la hemorragia, solo colocar una gasa sobre el oído para evitar la entrada de gérmenes, no mover al niño y llamar al servicio de emergencia.

Golpe en la boca. Si se ha golpeado la boca, seguramente estaremos ante la presencia de una gran cantidad de sangre, ya que es una zona con gran cantidad de vasos sanguíneos. Lo primero será controlar que no se haya roto algún diente o el frenillo. Si el niño no se deja tocar, debemos colocarle hielo en la zona para desinflamar y luego controlar. Si se ha roto algún tipo de pieza dentaria, se deberá acudir al dentista, y si se ha cortado el frenillo, al médico de cabecera. Cuando el niño se haya calmado, se le puede seguir colocando frío, la mejor manera es ofrecerle un helado de agua.

"En el caso de pequeñas heridas, lo primero que hay que hacer es lavarla con agua fría de la canilla o de alguna botella, y presionar con un paño limpio unos minutos."

Otros consejos. Un último consejo. Es importante familiarizar al niño con la aplicación de hielo en situaciones normales, para que en el momento de utilizarlo no sea un elemento desconocido que se sume al trauma y al susto del golpe.

Si el niño no desea colocarse el hielo, debemos tomarlo con firmeza y hablarle con serenidad, tratando de hacerle comprender que el dolor desaparecerá más rápido con el hielo.

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