¿Cómo trabaja un investigador privado?

El análisis de las circunstancias para llegar a la verdad

Un investigador privado es un profesional que se pone a nuestra entera disposición para resolver cualquier tipo de inquietud que nos pueda estar rondando por la mente. Pongamos el caso de que lo necesitamos para nuestra vida personal: infidelidades de pareja, conflictos en la custodia de los hijos, adicciones de seres queridos o incluso en riesgo de secuestros son esenciales para nuestra estabilidad individual. Algo similar sucede en lo laboral, siendo grandes especialistas en detectar casos de estafas empresariales, mala conducta en la baja de los trabajadores, competencia desleal o durante el proceso de selección del personal.

Teniendo en cuenta la importancia de todos estos casos, así como de los muchos otros en los que puede llegar a ser determinante su papel, es menester saber cómo llevan a cabo su función. En este sentido, el primer paso es el análisis de las circunstancias. Aplicando las mejores técnicas de investigación, como la exploratoria, la explicativa o la experimental, los detectives van recopilando toda la información que necesitan para sacar sus propias conclusiones. Es decir, reúnen las pruebas para así garantizar que se llega a la verdad sin margen de error.

En los casos más severos, es necesario comentar que todas estas pruebas y los consecuentes informes están amparados por la ley. Es decir, hablamos de un profesional que debe de contar con los certificados correspondientes y, como tal, sus averiguaciones pueden llegar al juzgado. Por lo tanto, podemos afirmar que los detectives privados basan su trabajo primero en la observación, posteriormente en el trabajo de campo y, por último, en la emisión de informes que entregan al cliente con todas las pruebas obtenidas. Eso sí, es el propio cliente el que, en último término, decide qué hacer con la información recogida por el investigador.

Cómo identificar un buen detective privado

La imagen que nos viene al cerebro cuando pensamos en un detective privado suele estar caracterizada por el uso de una gabardina, gafas de sol y, por qué no, una boina y una pipa. Pero en la vida real, estos especialistas poco o nada tienen que ver con Sherlock Holmes. Son personas que se han especializado en la materia y han ido superando diferentes certificados para así forjar una carrera laboral de éxito. Por lo tanto, antes de elegir a un especialista u otro, asegúrate que reúne todas las características que garantizan la ejecución de un buen trabajo.

El investigador debe ser, en todos los casos, mayor de edad y tener la nacionalidad de alguno de los países de la Unión Europea. Ambos factores son esenciales para obtener el diploma de investigador, el cual requiere de una formación previa que puede durar unos tres años. Del mismo modo, no pueden ser personas que pertenezcan o hayan pertenecido a alguno de los cuerpos de seguridad del Estado. Tampoco pueden tener antecedentes penales o haber sido condenados por saltarse la ley en ámbitos como la protección del derecho al honor y la intimidad personal y familiar.