Receta de Pollo Estilo KFC

Un poco de historia

Si desconoces el significado (poderoso) de sus palabras, lo lamentamos en verdad: al menos una vez en tu vida necesitas darte un tentador gusto con una sabrosa cubeta de pollo de Kentucky Fried Chicken, nombre de la cadena de restaurantes cuya sigla acompaña a todo un concepto en platos de pollo.

Originariamente (y folklore de comercialización aparte), se dice que la receta fue desarrollada por el Coronel Sanders, un empresario norteamericano que inició su emporio desde sus primeras labores como cocinero de pollos ya en 1929. Hacia la década de 1950 había ganado gran popularidad por su pollo frito con una mezcla secreta de hierbas, especias y adobos. Gracias a su visión empresarial que le había permitido una cómoda fuente de ingresos, abrió la cadena de franquicias de Kentucky Fried Chicken, o KFC. La cadena permaneció a su nombre una década más, aunque luego de su venta mantuvo la icónica imagen comercial.

"La receta original de pollo KFC tiene un sabor particular debido al uso de glutamato monosódico, que se agrega a la mezcla seca o se espolvorea por encima de las piezas ya cocidas."

Receta de pollo frito estilo KFC

Para hacer pollo frito al estilo de esta famosa cadena, primero necesitas saber la receta específica, y luego seguir las recomendaciones de preparación y cocción al pie de la letra. ¡En ellas está el éxito!

Ingredientes:

• 12 piezas de pollo de tamaño regular (las alitas van de lujo)
• 3-4 tazas de suero de leche, o leche
• 3 huevos (para el baño inicial)
• 2 tazas de harina blanca (reemplaza por harina sin gluten, o fécula de maíz si prefieres)
• 1 cucharadita de sal fina
• ½ cucharada de: tomillo, chile en polvo, albahaca seca y orégano en polvo
• 1 cucharada de: sal de apio, pimienta negra molida, jengibre en polvo y mostaza en polvo
• 2 cucharadas de sal de ajo (o 1 cucharada de ajo en polvo)
• 3-4 cucharadas de páprika
• Opcional: 2 cucharadas de MSG (glutamato monosódico, sólo si quieres usarlo)

Preparación paso a paso

1. Limpia y prepara las piezas de pollo, y sumérgelas en un baño del suero de leche (o simplemente leche) mezclada con los huevos batidos, bien integrados, por no menos de 3 horas. Mejor si es dentro de la nevera.

2. Prepara la mezcla de hierbas y especias, poniendo todos los ingredientes en un bol grande y espacioso e integrándolos bien. Recuerda que puedes adaptarlos a tu gusto, agregando más o menos sabores picantes, ralladura de piel de limón, o lo que quieras.

3. Quita el pollo de su baño, sécalo con un paño que no deje pelusas (o déjalo escurrir), y empánalo con una cobertura de la mezcla seca, presionando muy bien. Pon las piezas en una bandeja y lleva al refrigerador por una hora, al menos, antes de cocinar.

4. Aunque puedes hacerlo en horno caliente, en olla de cocción lenta o a presión, para lograr el sabor original debes freír el pollo en aceite bien caliente hasta que se dore. Si no tienes suficiente aceite en la olla, voltea las piezas para cocinarlas de ambos lados.

5. Ya bien doradas y cocidas, retira hacia unas toallas de papel absorbente, para quitarles el exceso de aceite.