Métodos para dormir mejor

Hay consejos de la abuela que se utilizan para dormir, pero no siempre funcionan. Analicemos algunos de esos métodos arcaicos y otras sugerencias para lograr un buen descanso.

Métodos para dormir mejor

Consejos para dormir bien

Los problemas de sueño son cada vez más frecuentes en nuestros tiempos. El ritmo de vida que llevamos, junto al constante bombardeo de noticias y preocupaciones, hace que por la noche paguemos este castigo.

Existen terapias especializas y tratamientos médicos para dormir mejor, pero sin tener que llegar a este punto podemos mejorar nuestras sesiones nocturnas siguiendo unos consejos básicos.

"En nuestra rutina debemos mantener lo más que podamos un horario fijo para dormir, y seguir otros hábitos para acostumbrar al cuerpo."

Mitos populares para dormir

Existen muchos consejos a nivel de calle que se han ido propagando con el paso del tiempo. Por ejemplo, el de leer antes de acostarse.
Esto no ayuda, al contrario, cuando leemos aumentamos muchísimo nuestra concentración, y si nos entusiasmamos con el libro el tiempo comenzará a pasar volando sin que nos demos cuenta, llegando a un punto en el que cerraremos las páginas a altas horas sin tener una pizca de sueño.

Concentrarnos en contar ovejas, números o pensar en lo que ha pasado ese día tampoco ayuda. De nuevo, es activar el cerebro en una situación donde deberíamos tratar justamente de relajarnos del todo, evitando que haya cualquier tipo de estimulación. Estos son trucos que no ayudan, al contrario, nos ponen más nerviosos al trasladar nuestras esperanzas en un sistema que parece que a los demás sí les funciona, pero a nosotros no.

Métodos adecuados para dormir bien

Dormir debe estar dentro de una rutina establecida. La llamada "higiene del sueño" hace referencia a cuidar al máximo el momento de meternos en la cama.

  • Sin necesidad de hacer ningún tipo de conducta extraña, en nuestra rutina debemos mantener lo más que podamos un horario fijo para dormir, y seguir otros hábitos para acostumbrar a nuestro cuerpo, como evitar cenar previamente, tratar de no acostarnos con la vejiga llena, realizar siestas durante la tarde o despertarnos cada día a una hora distinta.
  • Un método que cada vez toma más fuerza es la intención paradójica, donde nos esforzamos por no dormir. La idea es tratar de obligarnos a evitar el sueño con tal de luchar contra los pensamientos del estilo 'debo dormir estas horas específicas" o "habrá terribles consecuencias por no dormir bien". El tipo de ideas que tenemos respecto a dormir influye también en el periodo de sueño, necesitando trabajar sobre ellos tanto o más que en las propias conductas.
  • Por último, debemos destacar que la relajación y mantener la mente fría son la clave para dormir mejor. Si aprendemos alguna técnica de relajación tendremos un gran sistema para ayudarnos a descansar. Son sencillas y directas, perfectas cuando dudamos sobre cómo aplicar otros métodos más complicados.