Cómo alcalinizar el cuerpo

En nuestra vida diaria solemos llevar una dieta que, lejos de propiciar el mejor estado del cuerpo, llevan su nivel cerca de condiciones ácidas. Para restablecer el balance natural debes alcalinizarte.

Cómo alcalinizar el cuerpo

El pH en el cuerpo

Seguramente has oído hablar sobre el pH de todo tipo de elementos, desde el agua de la piscina hasta la tierra de los cultivos. El cuerpo, como cualquier otra entidad viva, también requiere de esta "medición" del potencial Hidrógeno, manteniéndose en valores alcalinos para un funcionamiento apropiado y saludable.

Se entiende el pH como concentración de iones de hidronio en cualquier disolución o entidad orgánica e inorgánica. Esta medición se califica en una escala de 0 a 14, siendo 7 el neutro, valores menores determinan la acidez, y valores superiores la alcalinidad.

Cuando la sangre o los tejidos se acercan a los valores neutros o ácidos, buscan establecer el mejor balance tomando elementos alcalinizantes de sus propias estructuras, impidiendo el correcto funcionamiento celular y de los sistemas.
Para lograrlo, el propio organismo hecha mano de los minerales propios, como el calcio presentes en huesos y dientes, además del magnesio de los vasos sanguíneos, el potasio del sistema neuromuscular y el sodio de las articulaciones. Si no brindas un aporte de estos nutrientes para "devolverlos" al cuerpo, tendrás como resultado una entidad debilitada.

"El pH se califica en una escala de 0 a 14, siendo 7 el neutro, valores menores determinan la acidez, y valores superiores la alcalinidad."

Cómo alcalinizar el cuerpo con alimentos

No necesitas hacer una dieta estricta ni seguir complicados regímenes cargados de sacrificios, sino de dar pequeños complementos a tu vida diaria y normal. Por ejemplo, al levantarte por la mañana, bebe un vaso de agua templada con zumo de limón recién exprimido, que te ayudará a metabolizar los ácidos presentes en el cuerpo. Luego, desayuna con alimentos ricos en minerales, lejos de los ácidos comerciales como el azúcar, las bebidas de cola, carbonatadas y demás. Sólo usa tu criterio y tendrás buenos resultados.

A la hora de comer, prefiere las ensaladas de hojas verdes como guarnición. Nuevamente, se consciente: en lugar de condimentar con vinagre o aceto balsámico, hazlo con jugo de limón y aceite de olivas. Reduce también el consumo de carnes rojas, ácidas naturalmente, reemplazando por carnes blancas y legumbres.

Las almendras son un buen alcalinizante del cuerpo. Consúmelas como complemento de tus ensaladas, y reemplaza la leche de vaca por leche de almendras, o bien leche de arroz o de soja, que carecen del agregado hormonal de los lácteos animales.

Evita el consumo de azúcares refinados, presentes en postres, bebidas y preparados dulces y salados por igual. Prefiere los panificados indicados para diabéticos, más saludables en este aspecto. Olvida las bebidas gaseosas y las alcohólicas dulces, prefiriendo las infusiones endulzadas con miel, y el agua pura y saludable, para mantener tu cuerpo en perfecto estado de funcionamiento.

Finalmente, recuerda acompañar tu dieta con un estilo de vida saludable, minimizando el estrés diario y haciendo suficiente tiempo al día para reír y disfrutar: esta es tu mejor arma defensiva contra las enfermedades y los malestares de nuestros tiempos, y es también un recurso gratuito y al alcance de todos, sin restricciones.