Meditación para el alma

Hacer una meditación para el alma suena redundante, ya que el solo hecho de practicar esta actividad hace que sanemos por dentro. Es bueno dedicarse unos minutos cada día para mimar todo nuestro ser.

Meditación para el alma

Cómo meditar para sanar el alma

Para cuidar de nuestro cuerpo hacemos actividad física y seguimos una dieta más saludable; para cuidar de nuestra mente nos entregamos a las terapias y a las actividades de entretenimiento. ¿Y para cuidar el alma?

Para mejorar el estado de nuestra alma podemos seguir la misma técnica de ejercicios, salvo que este carece de esfuerzo e intensidad. Se trata de la meditación, actividad por demás eficaz a la hora de relajar, mejorar y mimar todo tu ser.

"Cualquier persona en cualquier condición puede meditar, pues es una actividad que no posee límites ni reglas estrictas a seguir."

¿Por qué meditar es bueno para el alma?

A pesar de tratarse de un vocablo relacionado con diversos puntos de vista religiosos, el alma es la conjunción de energías que se movilizan permanentemente por nuestro interior. No se trata de algo tangible, sino abstracto, pero de innegable existencia. Es, básicamente, eso que hace de un cascarón vacío, un ser pensante, con sentimientos, emociones, filosofías, religión, gustos, y todo aquello que nos hace humanos.

¿Qué es la meditación?

La meditación es una técnica sencilla que sólo requiere de práctica para alcanzar el éxito y la meta propuesta. Cualquier persona en cualquier condición puede meditar, pues es una actividad que no posee límites ni reglas estrictas a seguir. Sólo exige una respiración lenta, pausada y profunda, y una mente libre de pensamientos impuestos. Y lo demás es tarea de la energía y de nuestra mente, que usamos para visualizar, imaginar paisajes y escenarios que nos ayudan a cumplir nuestros objetivos.

Es importante tener continuidad en la práctica de la meditación, pues con mayor cantidad de ejercicios, mejor será nuestro nivel alcanzado. Si sólo meditas una vez por semana, al iniciar la práctica te costará más relajar la mente. En cambio, si meditas dos, tres, hasta cinco o siete veces por semana, podrás hacer sesiones de meditación de más corta duración y con más efectividad, pues lo harás más fácil y rápido, adiestrando a tu mente a despojarse de pensamientos y a tu cuerpo a relajarse más velozmente.

Meditación para el alma

Respira lentamente, llenando tus pulmones, y mantén el aire allí por dos a tres segundos. Luego exhala por la nariz, hasta vaciarte de oxígeno y dejar sin aire tu cuerpo por dos a tres segundos más. Comienza luego un nuevo ciclo de respiración: esto será apenas suficiente para relajarte y prepararte para una meditación más profunda.

Puedes meditar a continuación con mantras, manteniendo siempre una pose cómoda y, si prefieres, con música relajante y realizando mudras para ayudar a dirigir las energías. También puedes hacerlo en silencio, o guiándote a ti mismo en voz alta, describiendo un paisaje representativo o repitiendo afirmaciones positivas que te ayudarán a cumplir tus objetivos.

Cualquiera sea la meta específica de tu meditación, tu alma se verá beneficiada de igual manera, aunque estés meditando para bajar de peso, para solucionar una angustia, para relajar todo tu cuerpo o sólo para renovar el aire de tu organismo. En este enlace encontrarás muchas formas de mimar tu alma con meditaciones simples y placenteras.

"Cualquiera sea la meta específica de tu meditación, tu alma se verá beneficiada de igual manera."

Meditación en conjunto para el alma

Las técnicas de meditación compartida, sea con amigos o con personas desconocidas en un espacio abierto o un instituto, es una manera genial de "alimentar" al alma con buenas energías. Sólo bastará quedarse allí sentados, respirando lentamente, con los ojos cerrados, y dejar que sus energías se conecten y retroalimenten.

Estas meditaciones suelen ser guiadas por maestros o siguiendo música y sonidos especiales. Cuanto mayor sea el grupo de meditación, mejor será la energía que recorrerá sus cuerpos y mentes, mimando al alma y propiciando mayores beneficios para todos. ¡Vale la pena intentarlo para observar su provecho en sólo una sesión de práctica!