Perros en la cocina: precauciones a tomar

El perro que ingresa al hogar suele deambular por los ambientes como un miembro más de la familia, sin embargo, hay un sitio donde no debería estar: la cocina.

Perros en la cocina: precauciones a tomar

Precauciones a tomar si el perro ingresa a la cocina

Cuando gozamos de la compañía de un perro en el hogar, es normal dejarlo andar libremente por toda la casa, incluida la cocina. No obstante, debemos tener en cuenta que ahí es donde guardamos los alimentos que cocinamos e ingerimos, y que por tanto deben estar libres de virus y bacterias. Por esto, conviene tomar unas mínimas precauciones para que la convivencia entre animal y adulto sea lo más segura e higiénica posible, y evitar que se convierta en un salón de juegos para la mascota.

"Para mantener al perro y sus posibles bacterias alejadas de la cocina, es necesario colocar la cama y su plato de comida fuera de la misma."

Higiene correcta del perro

La precaución más lógica parece también la más obvia, pero no todos los dueños la cumplen a rajatabla: llevar una buena higiene del perro. Además de desparasitarlo, previniendo así pulgas y garrapatas, conviene limpiarlo y secarlo nada más llegamos al hogar, especialmente aquellos días que hemos disfrutado de un paseo por la plaza o de excursión. Conviene igualmente cepillarlo de forma regular, eliminando así el pelo muerto del animal.

Mantener alejado al perro de la cocina

A veces nos encontramos con dueños que se quejan de que su mascota le tiene especial afecto a la cocina; normal si ahí es donde le colocan el plato de la comida o reposa habitualmente. Para mantener al perro y sus posibles bacterias alejadas de la cocina, es necesario colocar la cama y su plato de comida fuera de la misma, para evitar que se acostumbre a ese sitio.

Tampoco se recomienda que coma con nosotros ni proporcionarle restos de la comida en la cocina, o dejarlos por los alrededores donde pueda alcanzarlos fácilmente: atención con bolsas de basura o desperdicios sueltos, puesto que también podría fisgonear por ahí. En otras palabras, el objetivo es enseñarle al perro que su lugar no está en la cocina, sino en otra parte de la casa especialmente habilitada para él.

No dejar que el perro juegue mientras cocinamos

Otra medida básica y lógica, pero que no todo el mundo aplica. Pensemos que, si mientras estamos preparando la comida el animal ronda por ahí esperando que le demos algún resto o queriendo llamar nuestra atención, actuará de igual forma durante la comida y será más difícil persuadirlo de que su "comedor" particular se encuentra en otra habitación separada.

Y por supuesto, no hace falta comentar que como dueños debemos lavarnos a fondo las manos con agua y jabón antes de preparar la comida, muy especialmente si hemos mantenido contacto físico con nuestra mascota o alguno de sus juguetes.