Lo bueno y lo malo de adoptar a un bebé

Adoptar a un bebé es uno de los actos de amor más grandes que puede hacer una pareja, sin embargo, requiere de mucho esfuerzo económico y educativo, además de sortear muchos trámites legales.

Lo bueno y lo malo de adoptar a un bebé

Pros y contras de adoptar un bebé

La adopción es la única forma que tienen muchas parejas para disfrutar de un hijo propio y dedicarles sus vidas de lleno. No obstante, adoptar a un bebé suele precisar de tiempo, mucho dinero e interminables trámites burocráticos, además de cuestiones educativas especiales dada la forma en que se crea la familia. ¿Qué ventajas y desventajas tiene adoptar a un niño?

"Adoptar a un bebé suele precisar de tiempo, mucho dinero e interminables trámites burocráticos."

Ventajas de adoptar a un bebé

La mayoría de adopciones tanto nacionales como internacionales suelen funcionar muy bien y los padres quieren a su bebé como si fuera su propio hijo, y estos últimos responden al amor de sus padres como cualquier otro padre e hijo natural.

Además, adoptar a un bebé, especialmente si viene de un país con duras condiciones de vida, es sinónimo de acto de amor solidario, dado que normalmente esos niños o son huérfanos, o han sido abandonados a tempranas edades. Con la adopción, se introduce al niño en una vida mejor, con oportunidades, se le da amor y una familia entera que lo ama.

Otro aspecto positivo a considerar es el hecho de que, al no poder tener hijos, la pareja suele caer en depresiones y se sienten impotentes, inútiles al no poder obtener descendencia carnal. No obstante, muchos padres adoptivos expresan que esa sensación de tristeza y vacío desaparece al incorporar a un bebé en el hogar.

Desventajas de adoptar a un hijo

Tal como hemos comentado, acoger a un niño cuesta bastante dinero, especialmente en casos de adopciones internacionales, donde además del dinero pagado por el trabajo de funcionarios y trámites burocráticos, es frecuente pedir a los padres visitar primeramente al niño en su país de origen, a veces incluso más de una vez.

Aunque hablemos de "bebés", lo cierto es que realmente no es posible escoger un neonato, sino que lo normal es que tengan por lo menos siete u ocho meses de edad, o más, debido a los tiempos que requiere un trámite de este tipo. Esto provoca que los padres no puedan disfrutar de sus hijos adoptados durante los primeros meses de vida, hecho que, no obstante, la mayoría de parejas no ven como una desventaja importante.

"Muchos padres adoptivos expresan que esa sensación de tristeza y vacío desaparece al incorporar a un bebé en el hogar."

Y por supuesto, la última contra con la que nos podemos topar al adoptar un bebé es la posibilidad de que no se adapte a nuestro entorno con facilidad, o incluso que nunca se adapte. Se ha de tener en cuenta que muchos de estos niños provienen de orfanatos y les ha tocado una vida dura a su corta edad. En bebés de no más de 12 o 18 meses suele facilitarse la tarea de educarlo, a diferencia de uno de 3 o 4 años donde su desarrollo ha sido muy distinto a las de cualquier otro niño.