Cómo cuidar los relojes

Ya sean antiguos o modernos, de pulsera o de pared, los relojes necesitan un mantenimiento y cuidado continuo.

Cómo cuidar los relojes

Cuidado de los relojes

Los relojes, hoy en día, son parte de nuestra vida. Los usamos para denotar nuestra agenda diaria, y también para decorar. Pero poco sabemos al respecto de su mantenimiento. Y eso es, justamente, lo que aprenderemos en esta nota: sabremos cómo cuidar y mantener relojes antiguos y modernos por igual, tanto de pared, de mesa, como también de pulsera.

Ante todo debemos tener en cuenta que cada tipo y estilo de reloj tiene sus propias técnicas de mantenimiento. En los relojes antiguos, las piezas y mecanismos son más resistentes, pero también se trata de mecánicas más delicadas. Cuando una pieza se ha salido de su sitio indicado, en la mayoría de los casos bastará con abrir el reloj con cuidado y volver a colocarla en su ubicación. En el caso de los relojes más modernos, es probable que debamos acudir a un experimentado relojero para la refacción o reparación de estos aparatos, pues sus reducidos tamaños y su compacto armado dificultan la tarea por parte de personas poco familiarizadas con tales técnicas, y que mayormente no cuentan con las herramientas correctas.

"Los relojes siempre deben ser mantenidos lejos de humedad y vapores, pues sus mecanismos podrían oxidarse y deteriorarse."

Cómo cuidar y mantener en buen estado los relojes

Humedad. Los relojes siempre deben ser mantenidos lejos de humedad y vapores, pues sus mecanismos podrían oxidarse y deteriorarse, e incluso podría almacenarse la humedad, condensada, por detrás del vidrio de protección de las manecillas. Para prevenir este mal, debemos colocar el reloj lejos de la ducha (o del cuarto de baño en general), y también lejos del horno de la cocina o de salidas de agua, en especial de las canillas de agua caliente. Para evitar el problema de humedad en relojes, podemos colocar dentro del reloj (si sus dimensiones lo permiten) un saquito de gel anti humedad, o incluso un paquetito con granos de arroz elaborado con una tela de traba abierta, como una gasa medicinal.

Calor. También el calor es un enemigo potencial de los relojes. El calor podría debilitar piezas, deteriorar el acabado y hasta el barniz protector en relojes de madera, en especial de los más antiguos. Al igual que con la humedad, debemos procurar colocar el reloj lejos del horno, de las estufas y de calefactores, como así también del termotanque o calefón. Del mismo modo, el frío extremo no es buen aliado de los mecanismos. Para evitar daños, procura no tener relojes enfrentados a aires acondicionados o en exteriores durante la época invernal.

Golpes. Los golpes pueden provocar serios daños en cualquier reloj. En relojes de pared, los accidentes son menos ocasionales. En relojes de mesa, bastará con tener algo de precaución normal. En relojes de pulsera o de bolsillo, en cambio, debemos tener mayor precaución. Si vas a realizar labores manuales, será mejor que te lo quites de la muñeca. Lo mismo se aplica cuando vas a tomar una ducha o cuando vayas a realizar deportes, e incluso cuando te vayas a dormir, ya que al girarte por la noche podrías golpearlo contra la pared, la mesa de noche o contra el borde de la cama. Esto también lo protegerá de golpes y raspones que podrían deteriorar o marcar el vidrio protector.

Imanes. En algunos tipos de reloj, los imanes y magnetos logran desbalancear el mecanismo y el funcionamiento. Para tener la precaución, procura evitar colocar relojes cerca de estos elementos.

Limpieza. Finalmente, procura dar una limpieza regular al reloj. Puedes hacerlo con paños suaves y con mucho cuidado, o con cepillos suaves y hasta con sopladores. No utilices el secador de cabellos, pues emite aire caliente y a mucha velocidad, que pondría en peligro el buen funcionamiento del mecanismo del reloj. Siempre utiliza los productos adecuados, y procura rociarlos sobre el paño de limpieza y no sobre la pieza, pues podrías rociar superficies que se verán afectadas por el mismo.