Cómo evitar la presencia de perros vagabundos en el jardín

Los perros vagabundos y sus pulgas pueden afectar todo el empeño que le dedicamos a nuestro jardín. Veamos cómo evitar la presencia de estos visitantes indeseados.

Cómo evitar la presencia de perros vagabundos en el jardín

Los jardines frontales o los jardines traseros abiertos suelen recibir a visitantes inesperados: perros callejeros o vagabundos en busca de cobijo, de albergue, o de simple distracción. Su presencia no es problemática, a menos que se trate de animales destrozadores o, en el peor de los casos, enfermos. También los animales sanos pueden traer en su pelaje algunas pulgas molestas, que sí causarán problemas en casa. Aprendamos algunos trucos para evitar sus visitas en nuestros jardines.

Ya sea que se trate de perros callejeros o de perros vecinos que suelen recorrer las calles del barrio, un truco para ahuyentarlos es utilizar aromas que les desagraden. Rocía los tachos de basura, la canasta de residuos o los cercos con amoníaco (puro o diluido en agua), o también con algún producto limpiador de aroma fuerte, como el de pino, sin diluir. La lavandina suele ser también útil, aunque podrías causar daños en tu ropa, en los elementos, e incluso en las plantas.

Para evitar que los perros orinen en los rincones puedes colocar botellas plásticas incoloras llenas de agua. El brillo que producen confunde a los animales, y el sonido que se produce cuando la orina golpea el plástico los asusta y ahuyenta, previniendo futuras visitas.

Con respecto a las pulgas que conllevan las visitas de los perros, puedes rociar o espolvorear ajo en la zona o en el alimento que convides a los animales. Al igual que la levadura de cerveza, el ajo crea una presencia en el organismo del perro, ayudándolo a liberarse de las pulgas y a evitar su contacto.

También puedes hervir algunas rodajas de limón en agua para eliminar las pulgas. Hierve por un minuto y luego deja enfriar este preparado durante toda una noche, tapado. Al día siguiente, puedes rociar al animal con el compuesto, o también rociar el pasto o la zona donde quiera permanecer (o haya permanecido) el animal visitante.

Si tu propio perro ha andado por la calle y no sabes si ha contraído pulgas en su paseo, puedes hacer esta sencilla prueba: Coloca un papel blanco humedecido debajo del animal, y cepilla su pelaje. Los excrementos de las pulgas caerán. Los verás de color negro, pero al contacto con el papel humedecido se activará la sangre de su alimentación, tornándose rojos. Si notas este excremento, significa que hay pulgas, y puedes dar solución frotando su piel con ajo, levadura de cerveza, y con una buena ducha y cepillado.