Cómo nutrir las plantas con diferentes abonos

Hay varias formas de darle nutrientes a las plantas. Te contamos algunos detalles sobre los distintos tipos de abonos y su modo de uso.

Cómo nutrir las plantas con diferentes abonos

Uno de los principales secretos para la jardinería exitosa es utilizar tierras adecuadas, bien nutridas y con buena calidad de componentes, que permitan la germinación y el desarrollo óptimos para las especies vegetales que allí cultivemos. Y el abono es algo que no debe faltar. Podemos adquirirlo o prepararlo nosotros mismos, y no requiere de grandes gastos ni de mucho trabajo para mantener tierras abundantes y fértiles.

Podemos abonar las tierras al inicio del otoño, para procurar una buena estación fría para las plantas, y nuevamente en la primavera, para propiciar una buena floración y un desarrollo esplendoroso de nuestras plantas y cultivos.

Un abono adecuado debe incluir nitrógeno, fósforo y potasio en su composición, los cuales se pueden obtener a partir de compuestos producidos en laboratorio, o mediante la utilización de restos de materias orgánicas. Así, dividiremos los dos tipos principales de abonos en "orgánicos" e "inorgánicos", como veremos a continuación.

Lo ideal es utilizar abonos orgánicos, libres de compuestos artificiales, que no sólo nutren a las plantas, sino que además mejoran las calidades y el balance químico del suelo o la tierra de cultivo. Para hacer abonos orgánicos, podemos aprovechar desde restos de comida hasta excrementos de animales, como el guano o el estiércol de los animales de corral. También podemos complementar el abono con humus de lombriz, chips de maderas, turba y compost casero. Este abono puede ser utilizado en plantas de tierra o de maceta, de interior o de exterior.

Por su parte, otro método de abono es el denominado "abono mineral". El mismo es un compuesto elaborado a partir de elementos o materias orgánicas e inorgánicas, como es el caso de la urea, el amonitro, el superfosfato (u otros fosfatos), algunos cloruros y sulfatos. Estos abonos inorgánicos se presentan en forma líquida o sólida, y aunque pueden ser utilizados en plantas de interior, son por lo general más adecuados para cultivos de exterior.

Para mantener abonadas las tierras, bastará con remover algunos centímetros de la capa de tierra de macetas, canteros o jardines, y espolvorear con el abono elegido. Podemos pasar un rastrillo u otra herramienta de jardinería para mezclar e incorporar bien la tierra con el abono, y sólo debemos luego dejarlo actuar, agregando más tierra o humedeciéndola. A lo largo del tiempo, las plantas, flores y los cultivos, recibirán los nutrientes necesarios para una germinación y un desarrollo ideales, que podremos disfrutar a lo largo del año.